Quevedo. El sábado 17 de febrero, tres casas en la parroquia Nicolás Infante Díaz sufrieron severos daños debido a un deslizamiento de tierra provocado, aparentemente, por la caída de un rayo sobre un árbol, lo que obligó a las familias a buscar refugio entre conocidos y familiares.
El deslizamiento, que ocurrió en horas de la tarde, afectó directamente la estabilidad de las viviendas, dejando a sus habitantes en una situación de vulnerabilidad. Un equipo de Aldia se trasladó hasta el lugar para documentar los daños y recopilar testimonios.
Uno de los afectados por el deslizamiento, Wilmer Castro, propietario de uno de los predios dañados, compartió su experiencia. «Con los fenómenos naturales no se pelea», expresó Castro, quien aún está en shock por lo sucedido. Comentó que mientras compartía una merienda con su familia, sintieron un movimiento similar a un temblor. Al salir a verificar, descubrieron que un árbol de aguacate de más de 50 años se había desprendido junto con parte de la ladera, arrastrando consigo parte del patio trasero de su vivienda.
Castro muestra preocupación sobre futuros aguaceros que podrían agravar la situación. «Si cae otro aguacero como el del día sábado sobre la zona, no me imagino qué es lo que ocurriría, pero sí me imagino las consecuencias», comentó, subrayando la inseguridad que la familia ahora enfrenta.
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Ante esta calamidad, Castro solicita urgentemente la asistencia de técnicos y personal experto. «Espero que los técnicos me digan y me guíen para saber qué es lo que tengo que hacer frente a esta situación», afirmó, consciente de que la afectación no solo es para su hogar sino también para la seguridad de su familia y la de dos de sus vecinos.
La comunidad espera que pronto lleguen las ayudas necesarias y se tomen las medidas adecuadas para prevenir futuros desastres, mientras las familias afectadas buscan soluciones y un retorno seguro a sus hogares.