Quevedo. ¡Confiados! Así fue como salió un grupo de comerciantes tras lograr reunirse con el alcalde de Quevedo, Alexis Matute, en su despacho, lugar hasta donde llegaron para pedirle que se les otorgue un lugar seguro para trabajar.
De acuerdo con Mayuri Verduga presidenta de los comerciantes, de la antigua bahía Carlos Reyna Rugel o más conocida como La Merced, (ubicada en Marco Quintana y Séptima, en el centro del cantón Quevedo), el alcalde les habría ofrecido que dentro de 15 días se les dotaría de un lugar para que retomen sus labores comerciales.
Y es que en este lugar desde hace un año, poco a poco, cerca de 50 comerciantes tuvieron que ir cerrando sus locales debido a la inseguridad. Finalmente hace dos meses los pocos que quedaron tuvieron que cerrar definitivamente el lugar.
«Desde entonces hemos tenido que ir a otros cantones a recorrer para poder vender nuestra mercadería», dijo la representante de los comerciantes.
De acuerdo con los comerciantes, el Alcalde les estaría disponiendo como sitio para laborar los locales desocupados del Mercado #2 y los locales desocupados de la Bahía Tomiteo Quevedo.
¿Qué pasó?
Quevedo. Como una crónica de una muerte anunciada consideran los quevedeños el cierre de la Nueva Bahía ‘La Merced’ que se encontraba ubicada en la calle
Y es que desde diciembre de 2022 ya se pensaba que este lugar estaba destinado al fracaso y futuro cierre, por que en una visita de un equipo periodístico del Diario ALDIA los comerciantes se quejaban de que los robos y asaltos les habían ahuyentado a los clientes
Allí cada comerciante pagaba 30 dólares mensuales para costear los servicios de un guardia de seguridad y de esa forma evitar que durante las noches les roben sus productos.
Sin embargo, nadie hizo nada para evitar el cierre total de la Nueva Bahía y hoy finalmente el lugar está abandonado y sus locales destinados al deterioro.
Marcelo Franco, habitante de la zona, se refiere a esta situación como “un desperdicio del lugar y pérdidas para las arcas municipales pues los locales fueron construidos en años anteriores y ubicados en la calle 7 de octubre y posteriormente fueron llevados hasta esta bahía y hoy no se le da uso”
Similar apreciación tiene Rosa Pesantez quien vio con alegría en el año 2020 llegar a los comerciantes, “ya que aquí era zona roja y ellos vinieron a cambiar nuestras vidas”; ahora lamenta el que se hayan ido.