Los cambios de estación, ya sea de la estación seca a la lluviosa, o viceversa, generan un aumento de las visitas de los padres por enfermedades respiratorias y gastrointestinales en sus hijos menores de edad, que usualmente son las dos primeras causas de consultas en las emergencias pediátricas, en vista de que los cambios bruscos de temperatura, y la humedad, favorecen la propagación de muchos virus causantes de estas infecciones y que afectan especialmente a los niños.
La mayoría de estos cuadros son autolimitados, y sólo es necesario utilizar medicación para controlar los síntomas, pero es indispensable que reconozcas los «signos de alarma» por los cuales tendrías que acudir con tu hijo inmediatamente a una unidad de salud.
Síntomas
Los síntomas más comunes que presentan los niños son deshidratación con vómito y diarrea, ojos hundidos, fontanela deprimida, mucosas secas, orina escasa y concentrada, rechazo a la alimentación, estado de conciencia alterado, en estos casos, independientemente de cuál fuera la causa del malestar estomacal e intestinal, es necesario que el niño se hidrate adecuadamente con suero oral, o las soluciones hidratantes elaboradas especialmente para estos casos.
Así también los pequeños con problemas respiratorios tan comunes en ésta época, pueden evolucionar desfavorablemente y estos signos deben ser reconocidos por los padres o cuidadores para que acudan inmediatamente al área de Urgencias, como la respiración agitada o ruidosa, con sonidos anormales durante la inspiración o la espiración, que se hunda la piel sobre las costillas o bajo el esternón por el esfuerzo al respirar, palidez o coloración morada de la piel o las mucosas, todas estas situaciones deben generar la alarma para su inmediata atención.
Las enfermedades transmitidas por vectores como los mosquitos, también son frecuentes en esta época del año, y muchas de ellas como el dengue, chikungunya o zika, ocasiona fiebre alta, malestar general, dolores musculares y articulares, además de un exantema o brote en la piel, y su tratamiento también es sintomático, pero hay casos que se asocian a vómitos persistentes, dolor abdominal, o que las lesiones de la piel cambia a una coloración morada, el niño afectado debe ser valorado en un Centro Hospitalario.
Tratamiento y prevención
Igualmente, el tratamiento para este tipo de infecciones es sintomático, con adecuada hidratación y medicación para la fiebre, como el paracetamol o acetaminofén, ya que en estos casos es contraproducente el uso de otro tipo de medicación para la fiebre como son los anti-inflamatorios, puesto que pueden ocasionar hemorragias y agravar el cuadro.
Las medidas generales de prevención que puedes tomar para evitar la propagación de las enfermedades comunes y proteger a tu hijo en ésta época del año son:
- Lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente, sobre todo después de haber estado en contacto con un paciente enfermo o haber manipulado sus secreciones.
- Completa el esquema de vacunación, sobre todo en niños menores de 2 años.
- Mantén una adecuada hidratación y una alimentación balanceada que incluya frutas y legumbres, bien lavadas.
- Evita comidas fuera de casa.
- Protege el hogar de mosquitos y otros insectos utilizando toldos, telas metálicas, repelentes. Tener cuidado de aquello donde se pueda empozar el agua y convertirse en criadero de insectos.
- Evita lugares de mucho hacinamiento donde es más probable la transmisión de estas enfermedades.
- Mantén a tu hijo abrigado durante la época de frío.
- Fortalece el sistema inmunológico de tu hijo con Vitamina C, ya sea en tabletas o en frutas (mandarina, piña, naranja, etc)