Contaminación, ruidos, trampas y colorimetría es el nuevo paisaje urbanístico impuesto por los generadores eléctricos.
Caminar estos días por el centro de Quevedo es como entrar a un inmenso túnel en el que hay gran ruido y obstáculos que sortear.
De 08:00 hasta las 12:00 empieza el gran concierto de los generadores en las dos principales avenidas de esta productiva ciudad.
De todos los colores y tamaños, los generadores eléctricos aunque son los que ‘mitigan el problema’ en estos tiempos de crisis energética, no son la solución definitiva a la situación.
Ahora, aquí mencionaremos los nuevos problemas gestados a raíz del uso indiscriminado de estos motores: La contaminación por el ruido, la contaminación del ambiente por la cantidad de monóxido de carbono debido a la combustión de diésel y gasolina.
Aparte, el peligro de accidentes para los usuarios que al caminar por los portales y veredas pudieran tropezar con los cables, caer y tener un accidente.
En cuanto al ruido, ya se reciben quejas de ciudadanos que al llegar a los locales comentan que tienen que levantar la voz, casi gritar para que el dependiente del almacén les pueda escuchar su pedido.
“Ahora, entre las personas, no conversamos sino que nos gritamos”, señaló Juan Pablo, mientras nos miraba realizar nuestro trabajo.
Otro transeúnte decía a nuestras espaldas que “es una locura caminar, peor conversar con este ruido”.
#Quevedo ¡El concierto de los generadores! en el centro de la ciudad, empieza a las 08:00 y termina al mediodía. Sin embargo, el ruido y el humo están poniendo en riesgo la salud física y emocional de los transeúntes que deben van al casco comercial y deben de convivir y soportar… pic.twitter.com/REV9C78q9R
— ALDIA NOTICIAS (@aldiacomec) October 22, 2024
Los ciudadanos con espíritu ecologista y preocupados por el planeta comentaron que además del ‘infernal ruido’, se ha reactivado el humo contaminante de los cientos de motores, incidiendo en problemas a la salud como las respiratorias.
“Ha aumentado la contaminación, como no tenemos ideas”, expresó Sara Véliz, una comerciante de pendientes y accesorios para mujeres.
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Fernando Sasilema, con un poco de humor comentó que los generados ahora ya forman parte del paisaje de la ‘Ciudad del Río’.