Un estudio desarrollado por el Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Texas Tech University, Zoologisches Forschungsmuseum Alexander Koenig, y Pontificia Universidad Católica del Ecuador, describe una nueva especie de roedor cricétido del género Thomasomys proveniente de los bosques montanos de las Cordilleras del Cóndor y Kutukú, sureste de Ecuador, a una altura comprendida entre 1,770–2,215 m.
En primera instancia los investigadores realizaron una exploración aérea sobre la Cordillera de Kutukú, con la finalidad de ubicar zonas que permitan el acceso a las zonas de mayor altitud, luego una prospección por tierra y finalmente realizaron la expedición científica con todo el equipo.
Según los investigadores, Jorge Brito, Sarah Vaca-Puente, Claudia Koch, y Nicolás Tinoco, se trata de una especie de tamaño corporal grande (longitud cabeza-cuerpo 137–147 mm) con respecto a las demás especies del género, que se distingue de sus congéneres por presentar una cola más larga que la longitud cabeza-cuerpo, presencia de vibrisas genales 1 y 2, presfenoide ancho, primer y segundo molar inferiores con ectolófido y tercer molar inferior ligeramente más corto que el segundo.
Asimismo, la investigación señala que una filogenia molecular derivada a partir de los genes mitocondriales muestra que la nueva especie forma parte del grupo “aureus,” cercanamente relacionada con Thomasomys aureus sensu stricto (distancia genética de 8.57%) y con otra especie de Thomasomys aún no descrita del sudeste ecuatoriano.
Este hallazgo aumenta la riqueza de Thomasomys a 46 especies, de las cuales 17 están presentes en Ecuador. Adicionalmente, la especie descrita aquí es el primer Thomasomys de la cuenca amazónica, un género que hasta ahora había estado restringido a ambientes andinos.
El descubrimiento de T. pardignasi en los bosques de las Cordilleras del Cóndor y Kutukú promueve el desarrollo de expediciones para el estudio de la fauna de mamíferos en una de las áreas prioritarias para la conservación biológica. Las escasas vías de acceso, junto con conflictos con las comunidades locales, han favorecido la preservación intacta de los bosques, particularmente los ubicados por encima de los 1.800 m.
Por estas razones, la diversidad aún prístina de esta área ha permanecido insospechada por la comunidad científica. Esta zona remota podría albergar especies endémicas de poblaciones de mamíferos pequeños aún desconocidos, pero desafortunadamente están amenazados por proyectos extractivos. Por lo tanto, se requiere la atención de las autoridades regionales y nacionales para aunar esfuerzos para asegurar su conservación, exploración y conservación biológica.
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes para la consolidación de la sociedad del buen vivir.
El estudio completo se encuentra publicado en Journal of Mammalogy: https://doi.org/10.1093/jmammal/gyaa183