El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 66/170 decide designar el 11 de octubre Día Internacional de la Niña, que se observará todos los años a partir de 2012.1
Una contribución extraordinaria, que puede ser mayor
Alrededor de mil cien millones de niñas forman parte de una gran y vibrante generación mundial preparada para asumir el futuro. Como observa ONU Mujeres, la agencia de la ONU encargada de promover la igualdad de género, las niñas van al colegio, ayudan en casa, trabajan en fábricas, hacen amigas y amigos, cuidan de sus familiares mayores y menores y se preparan para asumir las responsabilidades de la vida adulta. Las niñas desempeñan diversos papeles en el hogar, la sociedad y la economía. Por tanto, su progreso no solo es bueno para ellas; también lo es para sus familias, sus comunidades, las naciones y el mundo. Las niñas siempre han cambiado el mundo, y esta generación puede hacerlo aún mejor.
Sin embargo, la mayor parte de ellas están en desventaja y sufren discriminación de género. Por poner algunos ejemplos, solo dos tercios de los países en desarrollo han logrado la equidad de género en la educación primaria, muchas niñas sufren aún prácticas horribles como la ablación, otras son obligadas a casarse muy jóvenes o con alguien que no han escogido, o se ven discriminadas en favor de un hijo varón.
En ese contexto, se enmarca la meta fijada en el Objetivo número 5 de la Agenda para el Desarrollo Sostenible que busca «lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y la niñas».
Con ellas: una generación de niñas preparadas
La generación de niñas de hoy en día se están preparando para entrar en un mundo laboral constantemente cambiante, marcado por la innovación y la automatización. Hay una gran demanda de trabajadores cualificados, sin embargo, tan solo una cuarta parte de la juventud —en su mayoría mujeres— tiene un trabajo, está estudiando o cursando alguna actividad de formación.