QUEVEDO. Don Enrique Vera recorre la parroquia San Camilo, la vía Valencia y La Esperanza para que las personas puedan degustar de sus ricos pastelillos. Inició a los 18 años cuando trabajaba como empleado en una panificadora, luego fundó su propia panadería ‘El Gran Pan’, en la calle 7 de Octubre y Décima.
Pasaron los años y el dólar llegó al Ecuador, la crisis económica se agudizó y tuvo que trabajar desde casa, pero no se rindió. Aprendió a hacer pastelillos a través de un amigo chileno y comenzó con el negocio recorriendo en su moto.
Lo particular de sus pastelillos es que no llevan azúcar ni manteca, están hechos de manera especial. Don Enrique le agrega mayonesa, ají o limón y tienen un valor de 50 centavos, pero no lo es todo, también lo pueden acompañar con un jugo de tamarindo, piña o coco, al mismo costo.
Su rutina empieza a las 6 de la mañana para preparar unos 100 pastelillos, a las 11:30 sale de casa ya desayunado y almorzado. Ahora sí, a recorrer Quevedo. Suelen encontrarlo más seguido desde las 12:30 en la esquina de ReyBanpac, vía a Valencia.
Con este trabajo ha criado a sus cuatro hijos: tres varones y una mujer. Todos ellos unos profesionales de los cuales se siente muy orgullo.
“Ellos trabajan para el Estado, Jorge es Sargento Primero de la Policía; Eddy es Sargento Segundo del Ejército, Luis también y mi hija, Mariuxi, es ingeniera. También tengo 13 nietos…”, finalizó. (I)