El 9 de octubre, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la prohibición de entrada al país para los exmandatarios ecuatorianos Rafael Correa y Jorge Glas, señalados por su participación en casos significativos.
El gobierno del presidente Joe Biden argumentó que Correa y Glas aceptaron sobornos a cambio de otorgar contratos gubernamentales favorables, incluyendo contribuciones políticas.
En respuesta al comunicado, Rafael Correa expresó en redes sociales que no es justo que se involucren a sus familiares en esta decisión.
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El Departamento de Estado subrayó su apoyo a los ecuatorianos que luchan por la transparencia gubernamental y la rendición de cuentas de funcionarios corruptos.
La declaración destaca el compromiso de Estados Unidos con la sociedad civil, las fuerzas del orden y los periodistas de investigación en Ecuador.
Rafael Correa, quien fue presidente entre 2007 y 2017, ha estado viviendo en el exilio en Bélgica desde que fue condenado en ausencia en 2020 por cargos de corrupción y sentenciado a ocho años de prisión.
Por su parte, Jorge Glas, quien se apoyó como vicepresidente de 2013 a 2017, fue destituido por abandono del cargo y está cumpliendo una condena de seis años por asociación ilícita relacionada con el caso de sobornos de la constructora Odebrecht.
Esta prohibición se suma a las tensiones políticas en Ecuador, donde la corrupción sigue siendo un tema candente en la agenda pública.