Tenemos más de un año de la más poderosa pandemia, pues no solo ocasionó muerte, dolor, incertidumbre, pobreza, pérdida de trabajos, quiebra de negocios, encierro obligado, grandes roturas de la base de la sociedad la familia. Problemas gravísimos en la relación de pareja en hogares donde no había una buena comunicación, empatía, amor, rol de los padres con fallas; sumando esto a una mala economía se suscitó grandes desequilibrios psicológicos en todos y como siempre en los más vulnerables como mamá, niños y abuelitos.
Estrés, depresión, suicidios, femicidios y aumento de la violencia intrafamiliar. Nos cortaron las alas, no podíamos volar y no estábamos enjaulados en oro sino en dolor y pesadumbre. Personas con pesadillas otros con insomnio, ansiedad y lo más grave gente con ataques de pánico. Contradictorio a lo que dice ese gran psicólogo Makarenko: “A su niño dele tiempo, paciencia y amor”
Allí estaba el tiempo para sus hijos, para ayudar en sus tareas, para compartir las responsabilidades con ellos, para que aprendan con el ejemplo, para darles amor, para jugar con ellos, para disfrutar de ellos, muchos no lo hicieron otros sí. Los niños tuvieron que adaptarse a aprender frente a un computador; que difícil captar su atención, mucho peor en los jóvenes despistados.
¿Qué pasó con los que no tienen educación ni internet? La educación se fue por los suelos, qué profesionales tendremos en el futuro. Los niños sin el ansiado recreo, sin jugar ni compartir con compañeritos, otros extrañando el abrazo y el beso de la mano de mamá o papá a la salida de clases. Papás impacientes y violentos, a veces descargando su ira con los hijos.
Como siempre hay excepciones, en otros casos se reforzó la familia, se unió con amor, hacían la comida juntos, amaron más a su pareja y con manos entrelazadas esperan con fe y esperanza la ansiada vacuna o una cura a esta enfermedad. Que Dios ese ser Supremo que guía nuestros pasos nos bendiga y nos saque de esta horrorosa Pandemia.
Para reflexionar: “Lo que hacemos en la vida eso cosechamos”. “Tú eres el arquitecto de tu propio destino”. «Vive bien el presente para que en el futuro tengas un bonito pasado».
AUTOR: EDGAR MALDONADO GARRIDO – Orientador Social y Familiar IDH Máster en Programación Neurolingüística