Dos guerras mundiales, 10 pontífices de la Iglesia Católica, la creación de más de 100 nuevos países y la desaparición de al menos otros diez del mapa, invención de antibióticos y aparición de virus potencialmente letales, 25 Olimpiadas modernas y 21 mundiales de fútbol… En los últimos 112 años la historia de la humanidad trascendió los libros y llegó más rápido y a muchas más personas gracias a un testigo de excepción: el periodismo.
Cuando el 1 de enero de 1906 salió a las calles de Quito la primera edición de diario EL COMERCIO, en el mundo irrumpía una renovada generación de periódicos destinados al gran público, cuya oferta principal a los lectores fue, según la escritora española Natalia Bernabéu Morón, “un producto atractivo y bien acabado”. Pero en un contexto de inestabilidades internas y grandes conflictos globales, la calidad gráfica no fue suficiente para responder a las crecientes expectativas de la opinión pública.
Por eso grandes casas periodísticas -como The New York Times en EE.UU. o Le Figaro en Francia- apostaron por un nuevo modo de producir información, basado en la documentación exhaustiva y el análisis de los hechos. Y precisamente esa línea ha sido un pilar para mantener la independencia editorial como uno de los valores centrales del trabajo de este Diario.
Los imparables avances tecnológicos, reflejados en el amplio alcance que consiguieron la radio y la televisión a partir de la segunda mitad del siglo XX, diversificaron las vías de transmisión de noticias y la esencia del buen periodismo siguió evolucionando.
La prensa escrita, pese a los vaticinios pesimistas de que sucumbiría pronto ante la hegemonía de los medios audiovisuales, mantuvo su protagonismo y se erigió en escuela del periodismo de investigación, cuyo caso más emblemático, Watergate, generó la salida de Richard Nixon de la Casa Blanca en 1974. Otros géneros como la crónica también florecieron al ritmo del sonido de las rotativas.
EL COMERCIO ha evolucionado como referente y escuela de buen periodismo en el país. Esta casa editorial ha sido y es el espacio para la formación de periodistas que hoy son parte de otras experiencias editoriales, así como un referente para docentes y estudiantes universitarios.
Ahora esta empresa periodística transita en la imparable carrera de transmitir noticias en formatos multiplataformas, no solo para informar, entretener y generar sentido de pertenencia, sino para profundizar en una realidad cada vez más vertiginosa y compleja.
Sus periodistas y editores participan en proyectos de colaboración internacional, promovidos por importantes organismos de investigación. El periodismo de datos es otro de sus signos de distinción.
La diversificación de canales y recursos tecnológicos son herramientas para mantener intacto nuestro principal patrimonio a lo largo de 112 años: la credibilidad ante nuestras audiencias. El Comercio