“La gente está asustada. En los supermercados ya no queda casi nada… Se vive una situación de pánico sobre todo porque las mascarillas se han agotado”, dice Rafaela Conga, una ecuatoriana residente en Milán, la turística ciudad italiana de 1,3 millones de habitantes y capital económica del país, en Lombardía, la región más afectada por los casos de coronavirus que han obligado a paralizar las actividades.
Según medios italianos, los contagiados alcanzan los 455 casos, 305 de ellos en Lombardía. Las autoridades han dispuesto medidas con el fin de frenar el avance de la enfermedad y calmar a la población que ha entrado en pánico.
En Saronno, ciudad de unos 40 000 habitantes a 20 minutos de Milán, la detección de varios casos del virus COVID-19 también desató el miedo en los residentes, entre ellos Celeste Yagual, otra ecuatoriana que vive en el lugar. “La gente ya se pone en pánico porque se suponía que aquí no estaba, era solo en Milán, pero ha llegado esto aquí y la gente está como asustada, los negocios están cerrados, peluquerías”, comenta.
Yagual, también guayaquileña, dice que en la localidad hay pocos ecuatorianos y casi todos se han ido por temor a contagiarse. “Es inútil porque no sabemos si nos van a dejar pasar. Un avión entero que iba a Alemania lo regresaron”.
Italia concentra el tercer mayor grupo de ecuatorianos fuera del país, después de los Estados Unidos y España. En territorio italiano cerca de 200 000 ecuatorianos, la mayoría en Roma, Milán (Lombardía) y Génova (Liguria).
Véneto, Emilia-Romaña, Piamonte Liguria, Trentino-Alto Adige, Sicilia y Marche son las regiones afectadas.
“Existe el temor y la duda de que no sabes si el que está a tu lado tiene coronavirus”, relata Conga, quien cuenta que ante la escasez de mascarillas tuvo que pedir a un sobrino en España que le consiguiera. A ello se suman los precios altos, un gel antibacterial que antes costaba 7 euros hoy está por los 40.
“En los supermercados tampoco hay nada de nada”, apunta Yagual.