Aproximadamente a las 13:30 el cuerpo del pequeño Jeremías Calero de 8 años, fue exhumado del Cementerio General en el cual reposaban sus restos. La exhumación del cadáver fue realizada por petición de su familia con el objetivo de ser trasladado hasta la ciudad de Guayaquil donde le practicarán una segunda autopsia.
El menor había fallecido en el IESS del cantón Babahoyo, luego de haber ingresado a quirófano para extirparle las amígdalas, tiempo después sus familiares fueron notificados de que ya no tenia signos vitales debido a un paro cardíaco.
Luego del lamentable deceso sus familiares decidieron prácticarle una autopsia, la cual reveló que Jeremías no había sido intervenido y que su cuerpo tanto externamente como internamente estaba en perfectas condiciones, y que el menor habría fallecido por un paro respiratorio y no de un para cardíaco como los médicos notificaron a sus padres.
El caso se volvió muy conocido no sólo en Babahoyo, Los Ríos, sino en todo el Ecuador por las innumerables inconsistencias y contradicciones, debido a esto el reconocido Ab. Héctor Vanegas decidió ayudar a los familiares del menor a través de su firma de Abogados «Vanegas Defensores» titulando al caso como «Homicidio culposo por mala práctica profesional».
Ahora sólo queda esperar el resultado de la autopsia final que determinará que fue lo que realmente hizo que Jeremías perdiera la vida, y así encontrar a los culpables y sancionarlos con la máxima ley. Datos extraoficiales dan a conocer que la Doctora que lideró la cirugía se encuentra fuera del país.