‘Un viaje por el nuevo narcoestado del mundo‘, así tituló el periodista Alexander Clapp el reportaje que escribió y en el que describe la situación del Ecuador.
En el escrito se hace una descripción profunda de la forma en que los ciudadanos conviven y sobreviven a hechos y eventos de violencia en Ecuador.
Clapp relata que recorrió sitios de Manabí-Ecuador y la percepción de la violencia el unánime, de tal suerte, que concluyó que los habitantes ya no sufren por las montañas de basura, sino por los cadáveres.
El creador del escrito plasmó en su texto las lamentaciones más recurrentes. Describe que los habitantes en Manabí escuchan por las noches cómo llegan avionetas que traen dinero y se llevan cocaína.
En su visita por los exteriores de la Penitenciaría del Litoral conversó con personas de los alrededores, quienes les explicaron la modalidad de cómo funcionan las extorsiones y algo que lo sorprendió fue escuchar que los cabecillas prefieren estar recluidos para continuar delinquiendo con comodidad.
En su paso por la Nueva Prosperina, una de las zonas más calientes de Guayaquil, describió cómo las bandas reclutan a niños para hacerlos sicarios.
En su visita al Laboratorio Forense de Guayaquil palpó cómo en un contenedor se apilan los cuerpos en descomposición y el calvario de los familiares para recuperar los restos de sus familiares.
En su paso por Durán, Clapp mencionó la situación de Luis Chonillo, alcalde de esa ciudad; y concluyó su travesía en la provincia de Santa Elena, viendo cómo pobladores se oponen a la construcción de la cárcel El Encuentro.
Dos grandes culpables
La cocaína es una de las responsables directas de la debacle en la que está sumido el Ecuador.
Textualmente extraemos una cita de Clapp: «En los últimos diez años, la cocaína ha transformado a Ecuador de una de las naciones más estables de Sudamérica –con calles más seguras y niveles de vida más altos que muchos de sus vecinos– al país más peligroso del continente. El año pasado se registraron más de 8.000 asesinatos. Las víctimas son muy variadas: diez jugadores de voleibol, nueve pescadores de camarones, seis alcaldes, cinco turistas, dos fiscales estatales, un candidato presidencial y el líder de un partido político se encuentran entre los asesinados a tiros desde 2023. La ciudad industrial de Durán –donde gran parte del aparato de gobierno ha sido secuestrado por mafiosos– tiene derecho a ser la capital mundial del asesinato: en promedio, alguien es asesinado allí cada 19 horas», describe.
Luego de la descripción de este panorama, Clapp cavila y concluye que las bondades de Ecuador hicieron del país un terreno propicio y aprovechado por las bandas criminales para el narcotráfico y la delincuencia.
Galápagos y el dólar
El autor de esta nota concluye que hay dos condiciones por las que el Ecuador fue seleccionado por los narcos y que era lo más propicio para desarrollar sus emporios de drogas:
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«Pocos lugares podrían haber sido más atractivos para un sistema de cárteles global en desorden. Este era un país con docenas de puertos conectados por carreteras transitables. A seiscientas millas al oeste, las Islas Galápagos ofrecen una estación ideal de reabastecimiento y distribución para barcos cargados de contrabando. Una industria turística en auge y una economía dolarizada presentan oportunidades para blanquear ganancias ilícitas. Y Ecuador está conectado desde hace mucho tiempo a las redes navieras globales, con la infraestructura para respaldar la exportación de cuatro millones de toneladas de bananas al año a prácticamente todos los países del mundo».