El migrante se lanzó con su hijo y su esposa, pero murió al intentar darles una mejor vida
El cadáver del migrante ecuatoriano Marco Bonilla Tizaleno fue rescatado del río Bravo; el padre de familia de 24 años se ahogó en ese afluente, en su intento por cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
Bonilla, junto con su esposa de 23 años y su hijo de 5 años, decidió dejar su natal Pujilí (provincia de Cotopaxi) para buscar otro porvenir en Estados Unidos.
Sin embargo, cuando caminaban por Coahuila, frontera entre México y EE.UU., se percataron de que agentes de migración los vieron y para no ser detenidos el padre de familia se lanzó con su hijo al río Bravo. Pero el caudal del río lo arrastró y se comenzó a ahogar.