Estacionados en los alrededores de la Terminal Terrestre, hospitales y centros comerciales, viendo pasar las horas, así es la rutina de los taxistas durante los días que transcurren en la pandemia.
Esto sin casi clientes y todavía con personas encerradas en las casas, por la prohibición de las clases presenciales. Este virus golpeó al gremio amarillo fuertemente, porque bajó la demanda, cuentan.
El taxista Benjamin Jaramillo comentó que la situación está “bastante dura”, pese a que han cumplido con las medidas de bioseguridad instalando las llamadas mamparas para evitar los contagios, a veces no obtienen ni la mitad de lo que ganaban antes.
De su lado, Abel Cano indicó que evita a toda costa cargar más de tres pasajeros para cumplir con lo establecido en el Comité de Operaciones de Emergencias (COE) Nacional. También está endeudado y el trabajo “está flojo”, diariamente se gana unos 20 dólares, antes de la pandemia eran 60.
Mientras que Felix Jiménez dice que la situación es parecida en todas las ciudades y esperan que con el tiempo las personas vuelvan a tener confianza y economía. (EHL)