“Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos” (Proverbios 18:24).
Hace algún tiempo me reuní con Mailo, uno de mis grandes amigos de la universidad. Hoy es el Dr. Ismael Piedra Noriega, un reconocido pediatra en Monterrey (México). No sé de otra persona que haya desarrollado tanto el don de la amistad como él. Hasta el día de hoy, creo que es uno de los individuos que tiene la mayor cantidad de amigos que conozco. Además, es un caballero con un corazón lleno de bondad, un gran cristiano que usa su vida para transmitir afecto a quienes lo rodean. Sus pacientes, alumnos y compañeros de trabajo lo tienen en muy alta estima.
Yo nunca he sido muy sociable. Mi naturaleza misantrópica me tornaba en todo un espécimen místico durante mis años de estudiante. Además, mis actitudes eremitas acababan con cualquier intento por establecer una buena amistad, especialmente con las mujeres. Sin embargo, a Mailo eso no le importó. Nunca supe qué fue lo que vio en mi para soportar mis desplantes, torpezas y actitudes pueriles. Incluso se atrevió a alejarse un poco de su exclusivo círculo de amigos para descender al inframundo social, donde yo habitaba, y así brindarme su sincero aprecio. Fue así como llegamos a ser grandes amigos y logramos consolidar una amistad que ha soportado el paso de los años. Las palabras de Mailo resultaron de gran apoyo en momentos cruciales de mi vida; todavía hoy, sus consejos representan valiosas gemas que atesoro en mi corazón. No sé si yo le he aportado algo valioso a él, pero él me ha ayudado a ser una mejor persona. A pesar de estar tan lejos, sé que en él tengo un gran amigo.
¡Qué agradable es tener amigos! Es cierto que a muchos se nos dificulta un poco más establecer buenas amistades por una razón u otra, pero lo más importante es que no debemos estar solos. ¡Necesitamos de los demás! Por eso, es necesario ser amables con nuestros semejantes y cultivar sólidas amistades. Con el tiempo verás que se trata de uno de los dones más grandes que Dios nos ha dado.
En este día ruega al Señor que elimine de tu vida aquellas actitudes que te impiden consolidar buenas amistades. Decídete a ser una bendición y un gran apoyo para los demás. Dios tiene suficiente poder para hacer de ti una persona amigable.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018