El estreñimiento en niños es una afección muy frecuente. ¿Quieres saber en qué consiste? ¿Cómo puedes tratarlo? Las claves de cómo ayudar a tus hijos en esos momentos, a continuación.
Seguro que, como madre, has oído hablar del estreñimiento en niños. Durante los primeros años de vida es muy normal que los niños lo padezcan, por lo que no tienes que preocuparte.
Los niños con dificultad para defecar se verán en la situación de que les resulte doloroso hacerlo, por lo que lo intentarán evitar, haciendo que el problema se acreciente.
Puedes acudir a tu pediatra cuando consideres que tu hijo puede estar teniendo problemas de estreñimiento infantil. Cuanto antes recupere los hábitos intestinales normales, mejor para la salud y el bienestar de tu hijo.
- Causas que pueden favorecer el estreñimiento en niños
Los episodios de estreñimiento en niños pueden deberse a diversos factores como:
Una dieta pobre en líquido y fibra. El agua es primordial en la dieta de los niños, al igual que la fibra, la cual pueden obtener de las frutas y las verduras. Aunque no está demostrado que tenga una relación directa con el estreñimiento, sí es recomendable la ingesta de agua y fibra, puesto que reblandece las deposiciones. - Abuso de alimentos astringentes. Estos alimentos tienden a favorecer los episodios de estreñimiento, por lo que su consumo debe ser moderado. Algunos alimentos astringentes son el plátano, el arroz, la manzana, el chocolate y los azúcares refinados que se encuentran en las chucherías y las golosinas.
- Factores externos. Los niños reaccionan al entorno con todo su cuerpo, por lo que un hecho familiar traumático como una separación, o un fallecimiento pueden provocar episodios de estreñimiento. También el inicio del colegio o la guardería pueden ser los causantes de esta sintomatología.
- Hábitos de visita al baño obligados. Cuando se les enseña cómo hacer sus necesidades en el orinal o en el wc, muchos padres cometen el error de obligarlos a acudir al baño. Las necesidades fisiológicas no deben ser obligadas, sino voluntarias y siempre que el niño lo necesite.
- Falta de horarios ordenados en las comidas. El peligro del picoteo que sufren muchos niños se refleja en una mala alimentación durante las comidas importantes del día.
Si les resulta doloroso hacerlo, lo evitarán. Y si lo evitan, empeorará el problema.
Pero,¿qué se considera estreñimiento en niños?
El estreñimiento depende mucho de cada niño y de su edad. Según la Asociación Española de Pediatría , para que se considere estreñimiento en niños de, al menos, cuatro años, se deben cumplir como mínimo 2 de los siguientes criterios durante 2 meses consecutivos:
- Menos de 3 deposiciones a la semana.
- Al menos un episodio de incontinencia fecal por semana.
- Posturas o actitudes retentivas para evitar la defecación.
- Defecación dolorosa.
- Heces de gran diámetro en del recto o palpables a nivel abdominal.
- Deposiciones excesivamente voluminosas.
Cuando se trata de niños menores de cuatro años, los criterios se parecen, aunque sobre todo predomina la ausencia de defecaciones o el dolor del niño al tratar de expulsarlas.
También hay niños que sí hacen sus necesidades pero de forma incompleta, lo que hace que las deposiciones crezcan y resulte cada vez más doloroso expulsarlas.
Si alguno de estos casos coincide con lo que sospechas que le ocurre a tu hijo, acude a su pediatra.
¿Cómo se puede tratar el estreñimiento en niños?
Aunque el mejor asesoramiento te lo va a proporcionar tu pediatra, a continuación te damos algunos consejos que podrán ayudar a tu hijo.
- Cambios en la alimentación. Aumenta el agua de su dieta, en lugar de refrescos o zumos azucarados. También es recomendable que coma más verduras y frutas para que su ingesta de fibra sea mayor. Frutas como el kiwi o al ciruela tienen, además, efectos laxantes. Cocina con aceite de oliva, favorece el tránsito y es más sano.
- Deporte. La actividad física favorece el tránsito intestinal y evita el sendentarismo. Promueve que tu hijo practique algún deporte o realice alguna actividad física que le guste.
- Patrón regular de visitas al baño. Cuando estés enseñándole, siéntalo algunos minutos después de las comidas, pero sin obligarlo forzosamente a hacer sus deposiciones. Edúcalo en no tener que aguantar y en acudir al baño cada vez que lo necesite.
Y recuerda, no debes nunca medicar a tu hijo sin la debida prescripción médica. En caso de necesidad, acude a tu pediatra para que te aconseje qué medicamento es el más adecuado.