Un estallido sacudió los alrededores de la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más conocida y, lamentablemente, la más peligrosa de Guayaquil en Ecuador.
Lo que siguió fue una escena dantesca: seis vehículos envueltos en llamas, reducidos a esqueletos de metal retorcido.
El Cuerpo de Bomberos de Guayaquil luchó contra el fuego, pero el daño ya estaba hecho.
Al menos tres de los autos explotaron con tal fuerza que quedaron completamente calcinados, convertidos en chatarra.
La pregunta que resuena en el aire es inevitable: ¿fue un coche bomba? Las autoridades aún no lo confirman, pero la magnitud de la destrucción habla por sí sola.
COCHES BOMBA ¿Volvió el terr0rismo?
La madrugada de hoy, 13 de marzo, hubo explosiones en los exteriores de la #Penitenciaría del Litoral, en #Guayaquil, que dejó un #muerto, dos heridos y daños materiales. Días atrás, en este centro carcelario, encontraron cinco reos… pic.twitter.com/Tj1CfJO3wW— ALDIA NOTICIAS (@aldiacomec) March 13, 2025
La explosión, ocurrida alrededor de la 1:30 de la madrugada, no solo destruyó vehículos.
Un guardia penitenciario, alcanzado por la metralla, falleció. Un policía y un ciudadano que pasaba por el lugar también resultaron heridos, víctimas de la onda expansiva.
Las imágenes son desoladoras. Los restos de los vehículos, camionetas en su mayoría, yacen sobre la vía a Daule, una de las principales arterias de la ciudad, justo al pie de la prisión.
Latas hundidas, vidrios rotos y la marca indeleble del fuego cuentan la historia de una noche de horror.
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La mañana de este jueves, el trabajo continúa. La policía retira los restos de los vehículos, pero la escena sigue siendo una marca sombría de la violencia que azota la ciudad.
Los vecinos, aún conmocionados, relatan el miedo que sintieron al escuchar las explosiones. Para ellos, la Penitenciaría del Litoral no es solo una cárcel, sino un símbolo de la inseguridad que los rodea y que debe ser trasladada a otra zona menos poblada.