La incertidumbre acerca de la suerte del equipo periodístico ecuatoriano secuestrado en la frontera, luego de que circulara un comunicado en el que se informaba de su presunto asesinato, se ha trasladado a Lima, donde el viernes se espera que los presidentes de Ecuador y Colombia aborden el asunto.
El mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, viajó hoy a Lima para participar en la VIII Cumbre de las Américas, donde se analizarán cuestiones relacionadas con la gobernanza y la corrupción, y se llevará a cabo una reunión empresarial, pero los ojos de la sociedad ecuatoriana estarán puestos en el encuentro que mantendrá el viernes con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos.
Desde que se produjo el secuestro del equipo periodístico el pasado 26 de marzo, ambos dirigentes han censurado los hechos y las autoridades ecuatorianas afirman colaborar en materia de seguridad con sus pares colombianos, pero hasta la fecha no se había producido una reunión formal en la que presumiblemente el caso centrará la agenda, pese a que oficialmente no se ha mencionado.
«No ha habido ningún comentario sobre los temas que se tratarán en ese encuentro, pero nosotros reiteramos nuestro pedido al presidente Moreno de que converse especialmente sobre la situación de los presos», comentó a Efe Yadira Aguagallo, pareja del fotógrafo Paúl Rivas, uno de los rehenes.
Una delegación de la familia se encuentra desde la noche del miércoles en Lima para tratar de lograr una reunión con el presidente colombiano e internacionalizar el caso en el marco de la conferencia de dirigentes latinoamericanos.
Los delegados permanecerán en la capital peruana los días que se prolongue la Cumbre, con una agenda que incluye visitas a medios peruanos y regionales y entrevistas con Edison Lanza, relator de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y con el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
«Los representantes de las familias expondrán la necesidad de que Colombia y Ecuador manejen en tema de manera conjunta con especial énfasis en la garantía de vida de los tres secuestrados», recalcó Aguagallo.
El miércoles un comunicado difundido por medios y supuestamente autoatribuido al frente «Oliver Sinisterra», grupo armado bajo el mando del antiguo integrante de la guerrilla colombiana de las FARC bajo el alias del «Guacho», anunció que había acabado con las vidas de los tres integrantes del equipo periodístico, extremo no confirmado por ninguna vía oficial.
En una comparecencia tras la circulación del documento, el titular ecuatoriano del Interior, César Navas, reveló que se comunicó con las autoridades políticas y de niveles operativos de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Colombia, quienes les informaron «que no conocen la veracidad de esta información».
Sobre el documento, la pareja del fotógrafo indicó desconocer su origen y asegura que por parte de los familiares «se ha hecho una solicitud al Gobierno sobre la procedencia de esta información».
El conductor del periódico quiteño El Comercio Efraín Segarra, el fotógrafo Paul Rivas, y el periodista Javier Ortega, fueron a realizar un reportaje sobre la inseguridad en la zona limítrofe de Ecuador con Colombia, cuando fueron capturados hace más de dos semanas.
«Sobre todo queremos recalcar que el secuestro ha ocurrido en una zona de frontera, tienen responsabilidad ambos países y dejar claro que además cuando Javier hizo en un vídeo (única prueba de vida) la demanda, tiene que ver con ambos países», insiste Aguagallo al referirse a la exigencia de que Ecuador y Colombia cesen la colaboración en la lucha antiterrorista.
Los familiares de los secuestrados creen que Colombia no está haciendo lo suficiente para ayudar en la liberación de sus seres queridos, y piden una acción coordinada e información clara sobre dónde podrían hallarse retenidos.
Ecuador alberga desde principios de 2017 las negociaciones de paz que mantiene la guerrilla colombiana del ELN con el Ejecutivo de Santos, en un intento de replicar el acuerdo de paz definitivo logrado con las FARC en 2016.
Asimismo, en los últimos meses ambos países han celebrado una cumbre binacional y un encuentro ad hoc sobre seguridad fronteriza, precisamente a raíz de la muerte de tres militares ecuatorianos, al que se sumó recientemente un cuarto uniformado, en una ataque con explosivos en la zona de la divisoria.
«Queremos hacer una presencia mediática en la cumbre. El objetivo es sobre todo generar presión sobre el Estado colombiano, o sobre las autoridades colombianas para que tengan una mayor actividad o presencia en la negociación» sobre el secuestro, explicó a Efe antes de viajar a Lima Christian Segarra, el hijo del conductor.
EFE