La parroquia Nicolás Infante Díaz fue el ganador del concurso de murales denominado “Mi orgullo, mi barrio”, que organizó el Departamento Municipal de Cultura, con el aval del alcalde Jorge Domínguez López.
El mural se encuentra plasmado en el sector Playa Grande, calle principal y Décima Novena, y representa dos mensajes: Un río contaminado donde se aprecia a una niña llorando por no poder bañarse y otro sin contaminación en la que disfrutan de las cristalinas aguas.
Para la presidenta de la parroquia, Rossy Varas Giler, esta es la ilusión que mantienen los habitantes de rescatar el balneario de Playa Grande, el cual años atrás era un lugar de reencuentro familiar no solo de quienes viven en la parroquia Nicolás Infante Díaz, sino de toda la ciudad Quevedo.
La premiación se llevó acabo la mañana del viernes 16 de noviembre con la presencia de los dirigentes parroquiales en el Departamento Municipal de Cultura, dirigida por María José Araujo, quien resaltó la destacada participación que tuvieron los participantes del concurso,
El primer lugar se hizo acreedor de 200 dólares y una placa de reconocimiento. El premio fue recibido por Rossy Varas Giler. El segundo lugar, de acuerdo al jurado calificador integrado por Sergio Cedeño y Fabián Floril, recayó en la parroquia 24 de Mayo y el tercero puesto ganó San Camilo.
Los premios para los dos últimos puestos consistieron en placas de reconocimientos, las cuales fueron recibidas por los dirigentes parroquiales William León y Carlos Gómez Ubilla, respectivamente. Un premio similar recibió la parroquia La Esperanza por ser ganadora mediante votación virtual.
Cabe mencionar que el concurso de murales fue organizado con el objetivo de incentivar a la población el arte de la pintura y a la integración de los sectores, expresó la directora de cultura, María José Araujo.