Al ingreso de una zona conocida como ‘El Barrio’, en el sector La Loreto, del cantón Quevedo, se encontraba René Segura, un joven de 29 años, tallando y enfibrando un monigote.
Es común verlo todas las mañanas tratando de restructurar a los conocidos ‘años viejos’, esos que se queman con el objetivo de despedir todo lo malo del año y esperando que el venidero sea mejor.
“Lo hago porque a mí me gusta el arte”, comentó tras asegurar que es un artista como cualquier otro, ya que le pone mente, corazón y mucho esfuerzo para realizar un buen acabado.
Considera que la ciudadanía debe destruir ese estigma que existe hacia aquellas personas que viven en un barrio conocido como marginal.
Después de todo lo que ha pasado con el coronavirus en este 2020, espera que las personas vuelvan a la tradición, ya que las ventas en las festividades anteriores han bajado considerablemente.
“Yo hago entre 70 y 80 monigotes para fin de año, los vendo en la carretera (avenida Walter Andrade) en los primeros días de diciembre, a veces sólo me compran 50”, lamentó. (EHL)