Un violento incendio de origen desconocido estaba en curso el lunes en la tarde en la emblemática catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más visitados de Europa.
El fuego, que se declaró a alrededor de las 18H50 (16H50 GMT) empezó en la parte superior de la catedral y se propagó rápidamente a toda la parte superior del monumento haciendo que se derrumbara su aguja.
Por el momento desconoce el origen del siniestro, pero según los bomberos estaría «potencialmente relacionado» con trabajos de renovación de la edificación.
«Todo está siendo devorado por las llamas. No quedará nada de la estructura, que data del siglo XIX de un lado y del XIII del otro», declaró el portavoz de la catedral, André Finot.
Según un periodista de la AFP, inmensas llamas estaban devorando parte del techo del monumento gótico de la Edad Media, emitiendo un espeso humo amarillento que se propagaba a varios kilómetros a la ronda.
«¡Es una locura! No puedo creerlo, tengo ganas de llorar, todo el techo está en llamas», dijo a la AFP Nathalie, una francesa de 50 años.
Cientos de parisinos y turistas miraban ansiosos el siniestro desde los puentes que cruzan el Sena, constató una periodista.
La policía de París pidió en un tuit a los residentes que evitaran el sector y «dejaran paso a los vehículos de rescate». Peristentes ruidos de sirenas se escuchaban en el centro de la capital francesa.
El presidente Emmanuel Macron aplazó un mensaje al país que tenía previsto dar este lunes en la noche en relación la crisis de los «chalecos amarillos» y se dirigió al lugar del incendio, informó el Palacio del Elíseo.
La presidencia no precisó cuando tendrá lugar esta intervención, mientras todos los canales de televisión y las redes sociales difunden las impresionantes imágenes de la catedral, un símbolo de París que estaba siendo consumido por la llamas.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, lamentó en la misma red social este «terrible incendio» e indicó que los bomberos están intentando controlar las llamas. Urgió también a los residentes a respetar el cordón de seguridad que se ha levantado alrededor del sitio.
La catedral de Notre Dame, con alrededor de 13 millones de visitantes al año, es el monumento histórico más frecuentado de Europa.