QUEVEDO. “Prisionera en su casa”, así es como dice sentirse Úrsula Pascuala Almeida Pisco, de 69 años, habitante de la parroquia Siete de Octubre; quien hace doce días fue objeto de un violento acto de invasión a su hogar por parte de un cuñado.
Según denuncia presentada en la Fiscalía por la afectada, el hecho ocurrió el 20 de agosto en la noche, cuando su cuñado Teófilo Castro Vera llegó con otras tres personas y con una sierra eléctrica rompieron la sobrepuerta y a punta de golpes tumbaron la puerta de madera para luego ingresar.
Consiguientemente intentaron sacarla de la casa en la que convivía con su fallecido esposo, pero como no logró el cometido puso candados nuevos y cambió las chapas de las puertas de acceso, impidiendo salir a ella y a su familia sin su autorización.
La perjudicada manifiesta que a la casa llegan constantemente personas extrañas, y considera que es una forma de presionarlos para que abandonen el lugar. Por lo que solicitó Medidas de protección.
Ella expresa su preocupación profunda por su familia. Señala que es una situación invivible, pues se siente vigilada hasta para usar el baño.
Wilson Castro, hijo de Almeida, puntualizó que el domicilio está en litigio; pero la abogada de los demandantes desconociendo todo proceso legal permitió que el cuñado procediera de esa manera.
De su lado, el abogado de Úrsula Almeida manifiesta que la abogada del demandante, sin contar aún con una resolución del juez, permitió que ingresaran al domicilio abruptamente.
Por lo que pidió la intervención urgente de la Fiscalía General del Estado, pero al parecer el remedio fue peor que la enfermedad, pues el juez pasó por alto todo lo actuado por Teófilo Castro, su abogada y los policías. (I)