Una grave denuncia ha sacudido al Cuerpo de Bomberos de Quevedo, luego de que el concejal Jimmy Aguirre revelara en el PodCast de José Carlos Coello, por ALDIA, una serie de irregularidades que habrían generado un conflicto interno y la paralización de servicios en la institución.
Según Aguirre, investigaciones realizadas dentro del cuerpo bomberil han puesto al descubierto la venta ilegal de agua de los tanqueros a precios que oscilan entre los 40 y 50 dólares.
Esta presunta práctica, junto con otros negocios paralelos que se les habrían retirado a los bomberos, habría generado un profundo malestar entre el personal, según Aguirre, culminando en una paralización que afectó la movilidad en la ciudad, específicamente en la calle Bolívar entre Cuarta y Quinta, el 6 de noviembre, donde se justificó que se trataba por el atraso en sueldos (seis días)
Sin embargo, Aguirre dijo que ya les habían cancelado los sueldos a los empleados y el tema de uniformes ya se había solucinado.
El concejal también dio a conocer el caso de una funcionaria contratada como comunicadora, quien habría estado realizando otras actividades laborales en una radio local, mientras que otros funcionarios cobraban viáticos para alimentación pero se dirigían a sus hogares. Ante esta situación, se habría implementado un sistema de control biométrico.
Aguirre aseguró ser delegado en el Cuerpo de Bomberos, pero negó tener influencia en los procesos de contratación. Sin embargo, reconoció tener cuatro amigos, a quienes llamó “Los Espartanos”, de los cuales tres trabajan en la institución.
El concejal señaló que no fue él quien los ingresó y sugirió dirigir las preguntas al jefe del Cuerpo de Bomberos, Hugo Gavilanez, o al alcalde Alexis Matute.
En el centro de la polémica también se encuentra un comunicador, padre de un colaborador municipal, a quien Aguirre acusa de administrar contratos de manera irregular y de estar involucrado en un presunto delito y que por presunta “pica” habría motivado a los bomberos a protestar.
El concejal concluyó asegurando que “el diablo cogió la tijera y los cortó igualitos”, en referencia a dos comunicadores.
Las denuncias de corrupción y presunta malversación de fondos en el Cuerpo de Bomberos de Quevedo han generado gran conmoción entre la ciudadanía.
Las autoridades locales se encuentran bajo presión para tomar medidas y restablecer la confianza en la institución e incluso hay siete bomberos denunciados en la Fiscalía por usar recursos públicos en una protesta ilegal dejando a los ciudadanos infensos ante una emergencia.