Yuliano Salazar, quien se encontraba en el estacionamiento de la avenida Rodrigo Chávez en Urdenor, al norte de Guayaquil, fue víctima de un robo a mano armada por parte de cuatro individuos en motocicletas.
Tras el asalto, los delincuentes amenazaron a Salazar con disparos y le impidieron abandonar el lugar.
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En un acto desesperado y en un contexto de legítima defensa, Salazar se vio forzado a utilizar su vehículo para escapar, resultando en la muerte de dos de los asaltantes.
A pesar de que Salazar presenta un 40% de discapacidad y actuó en un contexto de extrema urgencia, fue detenido y trasladado a la Penitenciaría del Litoral bajo cargos de muerte culposa.
La situación generó una ola de indignación en la ciudadanía y atrajo la atención del presidente Daniel Noboa, quien cuestionó el manejo judicial del caso y ofreció un indulto a Salazar.
El reciente fallo judicial concedió a Yuliano Salazar la posibilidad de defenderse en libertad mediante medidas cautelares, en lugar de retención en prisión preventiva.
Esta decisión ha sido recibida con alivio por parte de la familia de Salazar y sus seguidores, quienes temen represalias y amenazas en su contra.
Se espera que las autoridades brinden el respaldo y la seguridad necesarios para proteger a Salazar ya su familia durante el proceso legal.
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El caso ha puesto de aliviar cuestiones críticas sobre la legítima defensa, la discapacidad y el acceso a la justicia, y ha suscitado un llamado a la reflexión sobre la necesidad de una respuesta equilibrada y compasiva en situaciones de crisis.
La decisión del juez se considera un paso positivo hacia la justicia y la equidad, y se guarda con interés el desarrollo del proceso judicial en el futuro cercano.