“La mente que maquina planes inicuos, los pies que se apresuran a hacer el mal, el testigo falso que propaga mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6:18,19).
¿Alguna vez has escuchado que existe una conspiración dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para destruir al pueblo de Dios en este tiempo? Tal vez hayas oído que hay jesuítas infiltrados entre los dirigentes de la iglesia para promover una agenda católica entre los adventistas. Ese es un indicador de pérdida de confianza en el liderazgo de la iglesia. Hay mucha gente que se aprovecha de esta situación acusando a las autoridades eclesiásticas con toda clase de calumnias a través de vídeos, páginas de Internet y folletos. ¿Por qué nos pasa esto? Bueno, he aquí algunos ingredientes que forman el caldo de cultivo:
El contexto social. Vivimos en un mundo proclive a pensar de una manera conspirativa. La idea de que ninguna autoridad merece confianza también afecta a los miembros de la iglesia y genera cierta propensión a pensar que eso podría suceder en el pueblo de Dios.
Errores humanos. Cuando un pastor o administrador comete un error eso causa mucho dolor. No hay modo de justificar algo que está mal, pero es muy importante recordar que se trata de situaciones aisladas y no representan la manera habitual en la que las cosas suceden.
Falta de una buena comunicación. Cuando un pastor no tiene una buena comunicación con su iglesia, está preparando el terreno para que surjan todo tipo de rumores, chismes y especulaciones sobre su servicio ministerial.
Falta de atención pastoral. Se podrían evitar muchos problemas entre los miembros de iglesia con una buena y oportuna atención pastoral.
Falta de un estudio serio de la Biblia. Muchos creyentes sustituyen un buen estudio de la Biblia con atractivos cantos cristianos o con el vídeo de una predicación en Internet que sacude sus emociones.
El apóstol Pablo nos advierte sobre el peligro de escuchar lo que uno quiere: “Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (2 Timoteo 4:3, 4, NVI).
Así que yo te pregunto: ¿Qué quieres escuchar? ¿Quieres oír acerca de una teoría conspirativa en la iglesia? Estoy seguro de que no va a faltar alguien que te hablará de eso; ¿o acaso deseas conocer la verdad que Dios ha revelado en su Palabra? Jesús también prometió que conoceríamos la verdad y que la verdad nos haría libres (Juan 8:32). La decisión es tuya.
Devoción matutina para jóvenes 2018
¡Renuévate!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018