“El perezoso mete la mano en el plato, pero le pesa llevarse el bocado a la boca” (Proverbios 19:24).
El 20 junio de 2015, María Nelly Murillo y su hijo de cinco meses abordaron una avioneta en Nuquí (Colombia); sin embargo, veinte minutos después del despegue, la aeronave desapareció de los radares. Horas después se confirmó el accidente. Un helicóptero avistó el aparato en medio de una espesa selva. El piloto había fallecido, pero María y su hijo, los únicos pasajeros, habían logrado sobrevivir. La mujer estuvo cinco días en medio de la selva comiendo cocos y bebiendo agua del arroyo hasta que fue encontrada por los equipos de rescate ya sin fuerzas, incapaz de levantar sus brazos. María había sufrido fuertes golpes y quemaduras en el accidente; además, había tenido que enfrentarse a los peligros de la selva para proteger y alimentar a su hijo. ¡Pero lo había logrado! Los rescatadores no daban crédito a lo que había pasado. Ella y su bebé recibieron atención médica y se recuperaron en los días siguientes.
Poca gente se da cuenta de las enormes bendiciones que tiene a su alrededor y de las mínimas condiciones que se le exigen para sobrevivir. Pero aun así, muchos aseguran que la vida les resulta una carga y utilizan todo tipo de pretextos para no esforzarse. Por supuesto, no están en medio de una selva sin alimentos y a merced de diversos peligros, pero son derrotados ante la más mínima adversidad que se les presenta. Además, son muy buenos para encontrar todo tipo de culpables a quienes achacar su lamentable situación. ¿Qué les hace falta para esforzarse? ¿Cómo pueden entender lo mucho que podrían lograr si tan solo pusieran un poco más de empeño en cada cosa que hacen?
Tu paso por este mundo es muy breve. No te puedes permitir dar lugar a la pereza en tu vida porque acabará con tus mejores oportunidades. En otro de sus libros, Salomón dijo: “Por la pereza se viene abajo el techo; por la flojera se viene abajo la casa” (Eclesiastés 10:18). Nunca olvidaré lo que me respondió un brillante empresario a quien le pregunté cómo había logrado el éxito en su vida estudiantil y laboral:
-Yo era un muchacho normal y sin grandes ventajas intelectuales. Pero eso sí, muy esforzado.
¿Te das cuenta? Tú también puedes ser ese chico común y corriente, pero muy esforzado en los quehaceres de tu vida.
Este día pide al Señor que te ayude a asumir nuevos proyectos de vida y a entusiasmarte con ellos.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina VillarrealLecturas devocionales para Jóvenes 2018