Los alimentos que ingerimos están contribuyendo a la muerte temprana de unos 11 millones de personas al año, según un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet.
La última edición del Estudio de la Carga Global de las Enfermedades encontró que nuestra dieta diaria ya mata más que el tabaco y actualmente está vinculada a una de cada cinco muertes en todo el mundo.
Y la sal -ya sea que esté contenida en el pan, la salsa de soja o las comidas procesadas- es la que recorta el mayor número de vidas en todo el mundo.
Como explica el corresponsal de Salud y Ciencia de BBC News, James Gallagher, el Estudio de la Carga Global de las Enfermedadeses la evaluación más autorizada sobre las causas de muerte de las personas, en todos los países del mundo.
Y el análisis más reciente utilizó estimaciones de los hábitos alimenticios de 195 países para determinar con qué frecuencia la dieta acortaba vidas.
La investigación, explican los investigadores, no trató sobre la obesidad, sino sobre las dietas de «mala calidad» que dañan el corazón y causan cáncer.
¿Qué dietas causan más daño?
Según la investigación, las dietas peligrosas son las que contienen:
- Demasiada sal (causando tres millones de muertes)
- Muy pocos granos integrales (tres millones de muertes)
- Muy poca fruta (dos millones)
El resto de las causas principales se asoció a bajos niveles en el consumo de nueces, semillas, verduras, fibra y omega-3 proveniente de mariscos.
«Encontramos que la dieta es uno de los impulsores dominantes de la salud en todo el mundo. Es algo que tiene bastante peso», le dijo a la BBC el profesor Christopher Murray, director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
En casi todos los países del mundo hay un consumo excesivo de sal y bebidas azucaradas.
Entre los grupos de alimentos poco saludables, el consumo de sodio y bebidas endulzadas con azúcar superó el nivel recomendado en casi todas las regiones, incluyendo América Latina.
La región también se distinguió negativamente por su consumo excesivo de carne roja en Sudamérica (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay) y grasas trans (México, Centroamérica, Colombia y Venezuela).
En el lado positivo, sin embargo, también se destacaron los buenos niveles de consumo de legumbres en el Caribe, Brasil y Paraguay.
Es Perú, sin embargo, el país latinoamericano con la menor tasa de muertes por mala alimentación, con 106,9 por cada 100.000 habitantes, lo que lo ubica en la novena posición a nivel mundial.
Y los peores ubicados son Haití (425,3 por cada 100.000), Honduras (271,1), República Dominicana (256,4), Bolivia (249,3) y Venezuela (239).
México, por su parte, se ubica en el puesto 57 a nivel mundial y en la mitad de la tabla latinoamericana con una tasa de 192,6 muertes por cada 100.000 habitantes.
Pero el país norteamericano también registró el mayor número de muertes por diabetes 2 (asociado al alto consumo de azúcar) de los 20 países más poblados del mundo y también fue el número uno por muertes vinculadas al bajo consumo de nueces y semillas.
¿Por qué lo que comemos está matando a la gente?
Alrededor de 10 de los 11 millones de muertes relacionadas con la dieta se debieron a enfermedades cardiovasculares, lo que explica por qué la sal es un problema tan grave.
Demasiada sal eleva la presión arterial, lo cual a su vez aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La sal también puede tener un efecto directo en el corazón y los vasos sanguíneos, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca.
Los granos enteros, las frutas y las verduras tienen el efecto contrario: son «cardioprotectores» y reducen el riesgo de problemas cardíacos.
Los cánceres y la diabetes tipo 2 conformaron el resto de las muertes relacionadas con la dieta.