“Nunca cederemos a amenazas porque eso echaría abajo el buen trabajo que estamos haciendo”; “Ahora ni siquiera esperan 100 días de Gobierno, al día 45 o 70 empezaron con ultimátums y amenazas”, dijo el mandatario Guillermo Lasso el pasado 10 de agosto antes de las manifestaciones.
A propósito de las movilizaciones convocadas el miércoles desde las 16:00 por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), para exigir que se deroguen los decretos que liberaron los precios de los combustibles a un sistema de bandas, sectores sociales activaron acciones para plantear sus demandas.
La Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) anunció su respaldo a esta movilización, aunque no aseguró su participación en las marchas del gremio sindical.
En una rueda de prensa el 11 de agosto, Gary Espinoza, presidente de la Fenocin, enfatizó que tienen una oposición al “afianzamiento a las políticas neoliberales” del gobierno de Lasso, así como al incremento de los precios de los combustibles y piden la congelación inmediata de estos.
“Nos oponemos al incremento de los precios de los combustibles, creemos que debe haber la derogatoria de los decretos y sentarnos en una mesa a dialogar y buscar una solución a la crisis. Que se cobren los impuestos, que se revisen los contratos y que los más ricos paguen la crisis que vive el país. Le queremos decir a Lasso que estamos esperando el cumplimiento de los ofrecimientos de la campaña”, expresó Espinoza.
Hasta el cierre de esta edición, el presidente no ha hecho un pronunciamiento sobre los últimos acontecimientos.
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