Caminar por las calles de Quevedo es siempre una premura, tanto así, que pasa desapercibido lo que hay en el suelo: personas sentadas, dormidas, con ropa desgastada, cansadas, con sus manos sucias y a veces pidiendo una moneda.
Este panorama se ha vuelto común con la pandemia del Covid-19. Por un lado, grupos vulnerables en los exteriores de los bancos, en sillas de ruedas, pidiendo una colaboración o vendiendo algún producto.
En otro semáforo, el protagonismo lo tienen los extranjeros, familias enteras, con bebes en brazos, adolescentes y jóvenes, intentando convencer a un chofer para limpiar los parabrisas.
En la otra esquina se suman hombres, la mayoría menores de 40 años, con problemas mentales o de consumo de drogas pidiendo dinero, no siempre de forma amable, sus camas son las calles y sus sábanas, los cartones.
El Municipio de Quevedo junto con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, firmaron un convenio de cooperación técnico económico para acabar con estos escenarios en la ciudad.
La directora Distrital del MIES, Irene Massuh indicó que el proyecto durará cuatro meses y se trabajará de manera coordinada en los lugares donde ya se tiene identificado la problemática.
Este proyecto fue anunciado hace mucho tiempo atrás y albergará a personas que realmente necesitan un hogar, además dará solución a aquellas que tienen problemas con sustancias sujetas a fiscalización. (EHL)