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viernes, 22 noviembre, 2024

Los tiempos de Dios son perfectos

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Judá engendré de Tamara, a Fares  y a Zara, Fares a Esrom, Esrom a Aram.

Aram  engendró a Aminadad, Aminadad a Naassón,  Naassón a Salmón. Salmón engendró a Rabab  a Booz, Booz engendró  de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David. Mateo 1:3-6.

De pronto, Judá oyó que alguien gritaba: “¡La mujer tiene pruebas que inculpan al fornicario!

Cayó el malvado —se dijo Judá—, y se apresuró a conocer al que había mancillado el honor familiar; pero cuando llegó ante la plebe no vio ningún criminal, solo una mujer con las ropas rotas que dejaban ver un vientre apenas crecido.

— ¡Tengo pruebas! —Gritaba Tamar—. ¡Bajo mi lecho tengo tres cosas del hombre con quien pequé!

Los ancianos buscaron en la casa de Tamar y hallaron un bulto.

—¡Estas cosas pertenecen al fornicario! —gritó el juez, y alzando el bulto comenzó a abrirlo. Pero cuando sacó un anillo, un hombre se abalanzó sobre   el juez, le arrebató las cosas y se postró ante Tamar. Era Judá. En la vara y el sello estaba grabado su nombre.




Judá era viudo, y había sentido deseos sexuales. Quiso satisfacerlos con una “ramera” que había encontrado cuando iba a esquilar sus rebaños en Timnat. Como no llevaba con qué pagarle, porque el encuentro fue casual, le había dado en garantía sus objetos personales, cosas que lo identificaran. Cuando le envió un cabrito en paga por sus caricias, la ramera no volvió a aparecer. Judá había perdido el sello y la vara que daban fe de su linaje.

Ahora esas cosas aparecían en las manos de Tamar. Tamar se había hecho pasar por ramera para atrapar a un solo hombre: a Judá. Era la única manera de conseguir un hijo del linaje de Abraham, un hijo que perpetuara el nombre de su primer esposo. La estratagema también favoreció a Judá, pues no tenía nietos que perpetuaran su linaje.

Dios acostumbra bendecir en abundancia. En vez de un hijo, la mujer solitaria e insatisfecha y el suegro sin linaje tuvieron dos: Fares y Zara. No solo Er tuvo su linaje asegurado, también la familia humana, pues de los genes de Fares nació Jesucristo.

Dios suele bendecir en abundancia. Confía en él.

#MatinaldeJóvenes

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