ARTÍCULO DE OPINIÓN
Los alcaldes (as) electos pueden hacer mucho para que sus ciudadanos se sientan más seguros.
Con frecuencia los escuchamos diciendo: “estoy muy preocupado por el aumento de los delitos en mi cantón, pero lamentablemente no es mi competencia, quien maneja a la Policía es el Gobierno Nacional”.
Para que no se vean tentados de seguir la “doctrina Poncio Pilatos” y eludir su responsabilidad, aquí les dejo algunas ideas que podrían ayudar, especialmente a los riosenses.
Según la Encuesta Nacional de Victimización (2010), realizada en México, uno de los países más violentos del mundo, la acción de seguridad pública que más reconoce la gente es el mejoramiento del alumbrado público (40%). Segundo, un mayor patrullaje en las calles (37%). Y tercero, mantener parques y espacios públicos (34%).
Es decir, el buen funcionamiento de los servicios de mantenimiento urbano de luminarias y parques, importa igual o más que policías armados y patrulleros con alta tecnología.
Además una regulación inteligente del espacio urbano, al habilitar nuevas zonas comerciales o de esparcimiento, es otras de las formas de combatir el delito, sobre todo en las ciudades en expansión.
Por eso, es importante un Ordenamiento del Crecimiento Poblacional, pues hay mucha evidencia que indica que la densidad de la población está correlacionada con el aumento de la violencia.
Los ciudadanos, los vecinos, los amigos, en general… también valoraríamos mucho un mayor control al consumo de alcohol en la vía pública, pues es una de las causa de miedo al crimen en la población.
En conclusión: señor Alcalde o Alcaldesa electa, ‘lavarse las manos’ sólo es aceptable como paso previo a ponerse “manos a la obra”.