Considerada una de las últimas estrellas del cine de Oro de Hollywood, murió en la ciudad de París la actriz británica Olivia de Havilland, a los 104 años, según informaron sus familiares.
La actriz es recordada por su emblemático papel de Melanie Hamilton en la afamada película Lo que el viento se llevó (1939), en la que compartió roles con Clark Gable y Vivien Leigh; también destacó en filmes como Las aventuras de Robin Hood (1938) junto con Errol Flynt; La Heredera (1949) con la cual ganó uno de los dos premios Oscar de su carrera; Canción de cuna para un cadáver (1964), un thriller de suspenso y en la que actuó junto con la también recordada Bette Davis; entre otros filmes.
Por su particpación en Lo que el viento se llevó fue nominada al Oscar como actriz de reparto, pero la estatuilla se la llevó Hattie McDaniel, quien también actuó en esa producción por su rol de Mammy.
Nacida en Tokio el 1 de julio de 1916, pero de padres de origen británicos, a los 4 años se trasladó con su familia a California, donde parte de su niñez y juventud se dedicó al estudio de las artes escénicas, lo que le valió incursionar desde joven en el cine y el teatro.
Aunque a finales de la década del 30 destacó en variados roles cinematográficos, no fue sino hasta 1947 en que alcanzó la cima con el ansiado Oscar por su rol protagónico en la cinta dramática La vida íntima de Julia Norris; y dos años después fue laureada por su interpretación en La heredera, junto con Montgomery Clift.
Retirada desde hace más de 30 años de los escenarios, la última etapa de su vida obtuvo reconocimientos a su trayectoria como la medalla Nacional de las Artes, en Inglaterra; y nombrada Dama del Imperio Británico en 2017, cuando tenía 101 años.