La reciente proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela ha desatado una ola de escepticismo y críticas internacionales.
El resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que otorgó a Maduro un 51,20% de los votos con el 80% de las mesas escrutadas, ha generado una respuesta contundente de varios gobiernos y organismos internacionales, que han expresado serias dudas sobre la transparencia y legitimidad del proceso electoral.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha manifestado «serias preocupaciones» sobre la validez del resultado.
Desde Tokio, Blinken exigió que se garantice la transparencia del conteo de votos y que se proporcione información clara a la oposición y a los observadores internacionales.
Además, subrayó que la comunidad internacional está atenta y responderá en consecuencia.
La realización de elecciones libres y justas en Venezuela había sido una condición establecida por Washington para considerar la reducción de las sanciones económicas impuestas al país.
El presidente chileno Gabriel Boric fue uno de los primeros en manifestar dudas sobre los resultados, calificando los números divulgados como «difíciles de creer».
Boric pidió total transparencia y la participación de veedores internacionales independientes para verificar la legitimidad del proceso.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, también expresó su escepticismo, señalando que el proceso electoral estaba «claramente viciado» y que la victoria de Maduro parecía un «secreto a voces».
Desde Colombia, el canciller Luis Gilberto Murillo solicitó un conteo y auditoría independiente de los votos.
En la misma línea, la Unión Europea, a través de su Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, subrayó la importancia de garantizar la transparencia total del proceso electoral.
En contraste, varios gobiernos aliados de Venezuela han felicitado a Maduro. El presidente ruso Vladimir Putin destacó la «asociación estratégica» entre Rusia y Venezuela, y expresó su confianza en que Maduro continuará desarrollando las relaciones bilaterales.
China e Irán también celebraron los resultados, destacando la participación del pueblo venezolano a pesar de las sanciones internacionales.
Maduro, en su primer discurso tras ser declarado ganador, defendió el sistema electoral venezolano y acusó a un país no especificado de llevar a cabo un «ataque masivo» al sistema de transmisión de datos del CNE.
En un tono desafiante, comparó la situación con las acusaciones de fraude en las elecciones estadounidenses de 2020, señalando que su gobierno se mantuvo en silencio en ese contexto.
La creciente controversia sobre la legitimidad de las elecciones en Venezuela subraya las tensiones y divisiones en la comunidad internacional respecto a la situación política en el país sudamericano.
A medida que la presión internacional aumenta, la comunidad global espera una resolución que asegure la transparencia y la legitimidad del proceso electoral en Venezuela.