La consternación y el dolor embargan a familiares y compañeros de trabajo de Jorge Luis Mendoza Zamora, de 34 años, una de las tres víctimas fatales del violento ataque perpetrado la mañana del miércoles 9 de abril en Patricia Pilar.
Mendoza, quien dedicaba su vida como oficinista en la cooperativa de transporte Bolívar, deja un vacío irremplazable, especialmente en sus tres pequeños hijos de 15, 11 y 4 años, quienes ahora enfrentan la orfandad tras la brutal pérdida de su padre.
La noticia del triple asesinato, que también cobró las vidas del conductor del bus, Aldrin Enrique Rodríguez, de 52 años, y de la azafata, Lisbeth Izamara Guaman Meza, de 46 años, ha sumido en la angustia a toda la comunidad transportista de Quevedo.
Investigación
En medio del doloroso trance, el abuelo de Jorge Luis Mendoza reveló un detalle escalofriante que añade un giro sombrío a la investigación.
En declaraciones exclusivas al Diario ALDIA, el adulto informó que su nieto les había contado que, junto a Aldrin y Lisbeth, habían recibido amenazas el día anterior al fatídico suceso, es decir, el martes 8 de abril.
Aunque la naturaleza de estas amenazas no fue especificada, esta revelación plantea serias interrogantes sobre los posibles móviles del crimen y la seguridad que enfrentaban los trabajadores del transporte.
La trágica noticia ha dejado una profunda herida en el seno familiar de Jorge Luis Mendoza. Su abuelo, con la voz quebrada por la angustia, relató el inmenso dolor que embarga a la familia ante la irreparable pérdida de un padre joven y trabajador.
Mientras tanto, la Policía de la Zona 5 Especial, Subzona Los Ríos, Distrito Buena Fe-Valencia, Circuito y Subcircuito Patricia Pilar, continúa desplegando esfuerzos para dar con los presuntos responsables.