QUEVEDO. La inseguridad que existe a escala nacional ha provocado que los padres de familia estén vigilantes de sus hijos en los exteriores de las unidades educativas.
Temen que los expendedores de sustancias ilícitas lleguen hasta estos lugares para “corromper a los niños”, dice Juan L.
Y es que el hombre va todos los días a ver a sus dos hijos de 8 y 10 años a una institución educativa ubicada en la parroquia Venus del Río Quevedo con el fin de alejarlos de la delincuencia.
Al igual que él, doña Lucrecia A., llega media hora antes del timbre de salida para esperar a su hija de 11 años.
“Aquí hay muchos peligros y mi temor es que la secuestren o que los delincuentes, que no respetan la vida de nadie lleguen a cometer algún delito, y una bala le caiga a mi niña”, nos dice Lucrecia.
El temor crece
Igual situación viven los padres de familia de una institución educativa ubicada en la parroquia San Camilo.
Hasta este lugar llegan una hora antes del horario de salida, pues temen que los delincuentes cometan algún delito que altere la paz de los estudiantes.
Similar apreciación tiene Cecilia Zamora, quien detalla que va a dejar a su hija personalmente por motivos de seguridad. “Me siento más tranquila”.
Su hija tiene 12 años de edad, pero ante la inseguridad, no confía en mandarla sola. Además, hace un llamado a las otras madres de familia para que no dejen solos a sus hijos.
Presencia policial
Darwin Guevara, jefe de la Policía Nacional del Distrito Quevedo-Mocache, explica que ante la ola delincuencial que existe en la ciudad, se ha retomado el proyecto Escuela Segura.
Y es que efectivamente, la presencia policial se puede notar en las diferentes unidades; sin embargo, para los padres de familia no es suficiente, por lo cual seguirán siendo los guardianes de sus hijos.