“La lengua de los sabios hace agradable el conocimiento, pero la boca de los insensatos vomita maldición”(Proverbios 15:2, BPE).
Ángeles Mastretta es una exitosa escritora mexicana. La conocí en Colombia durante un interesante coloquio. En aquella ocasión, alguien le preguntó cómo se podía promover la lectura entre los jóvenes. Ella respondió: “Un maestro apasionado por los libros puede cautivar a sus alumnos”. Yo lo escuché con gran emoción, asintiendo con la cabeza.
Nada puede superar la pasión de alguien que se esmera por enseñarle a otro. Tampoco importa qué clase de aprendizaje sea, si hay pasión y entusiasmo por aprender, un joven puede llegar tan lejos como se lo proponga. Aquí no son tan necesarios los ordenadores ni los avances tecnológicos en educación como la actitud de un maestro. Alguien puede enseñar en un aula con lo último en tecnología, pero destruir en los jóvenes el deseo por aprender matemáticas, literatura, lengua o historia. A su vez, hay maestros que, a pesar de trabajar en ambientes sumamente adversos y en condiciones lamentables, logran apasionar a sus alumnos en los diversos ámbitos del conocimiento.
Durante mi paso por la educación media básica (secundaria], uno de mis maestros de matemáticas logró hacer de su clase un momento muy atractivo. Después de haber padecido con esa materia, con un par de profesores expertos en complicar uno de los ámbitos del conocimiento más interesantes, como son las matemáticas, por fin llegó alguien que supo introducirnos en este maravilloso mundo. La actitud de mi maestro alentó a varios jóvenes a seguir el camino de la ciencia, un conocimiento fundamental para cualquier sociedad.
Creo que alguien que no siente pasión por la enseñanza no debería servir como maestro. En realidad, la manera en la que uno enseña revela el carácter. Un buen profesor hará de las matemáticas, la literatura o la ciencia un deleite para sus alumnos. Una semilla sembrada en el corazón de un joven siempre dará fruto, aunque no sea en este tiempo, sino en el futuro.
¿Conoces a un maestro apasionado con la enseñanza? ¡Aprovéchalo! Asimismo, no olvides corresponder al interés que él pone en su labor y da lo mejor de ti. Todos tendremos que enseñar a otro en algún momento de la vida, incluso tendrás que hacerlo cuando tengas hijos. Por lo tanto, es importante que recuerdes que la actitud que asumas a la hora de enseñar revelará tu carácter.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018