Quevedo. Si usted ha salido al centro de Quevedo de seguro a visto a los comerciantes cargando en sus gorras a divertidos patitos que al caminar ellos también se mueven.
Pues se trata de unos patitos de goma y de color amarillo que han llegado a ser tendencia en redes sociales y hoy son súper populares.
El origen de estos populares patitos parte del artista holandés Florentijn Hofman y su escultura de un pato de plástico amarillo de casi 20 metros de altura, al que hizo flotar por muchas ciudades de Europa y Asia; pero luego llegó a Brasil y a Ecuador.
Las obras han ganado fama por ser esculturas gigantes que, retratando animales, se exponen en plazas de las principales ciudades del mundo y que hasta han llegado a Quevedo de la mano de vendedores ambulantes.
Don Fausto Tapia es uno de los comerciantes quien recorre Quevedo con estos atractivos patitos y hasta dice que son de la suerte, aunque en lo personal no lo cree así, pero sus clientes los adquieren con ese fin.
Los patos de Hofman no se llaman patitos precisamente de la suerte, sino Kawaii. Este término es un adjetivo en coreano, que en español se puede traducir como ‘tierno’ o ‘bonito.
Cada patito para colgar en la ropa, en la cabeza o llevarlo en las gorras tiene el valor de 1 dólar, pero quienes lo quieren para llevarlos en sus motocicletas los pueden adquirir por el valor de 3 dólares. ¿Y usted ya compró su patito?