Un capitán de la Policía Nacional resultó herido tras un violento ataque a bala perpetrado la noche del jueves 20 de febrero, a las 23:30, en la garita de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil. Los agresores, que descendieron de un auto negro, dispararon contra el ingreso del centro penitenciario y dejaron un panfleto con un mensaje amenazante dirigido a las autoridades, declarando guerra si se concreta el traslado de reos de un grupo delincuencial organizado.
El ataque ocurrió cuando hombres armados abrieron fuego contra la garita de control del centro de rehabilitación social. Uno de los disparos alcanzó al capitán de Policía, quien fue trasladado de inmediato a una casa de salud. Según informes preliminares, el uniformado se encuentra estable, ya que las balas impactaron en su chaleco antibalas, evitándose heridas mortales. Sin embargo, otro proyectil dañó el vidrio de la caseta donde funcionarios del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) atendían a familiares de los internos.
Agentes de Criminalística acudieron al lugar y recolectaron evidencia clave: restos de proyectiles y un panfleto abandonado en las rejas exteriores del recinto. El mensaje, firmado presuntamente por un grupo criminal, advierte con represalias contra una dirección específica de la Policía Nacional si se procede con el traslado de reclusos pertenecientes a una banda organizada. Las autoridades ya investigan el incidente para identificar a los responsables y determinar las medidas a tomar frente a esta escalada de violencia.
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Este audaz ataque no solo dejó un policía herido y una garita bajo fuego, sino que pone en evidencia la creciente tensión entre las fuerzas del orden y los grupos delincuenciales. A todas luces, el accionar de los criminales y su amenaza escrita constituyen una declaratoria abierta de guerra, desafiando al Estado ante la posibilidad de mover a sus líderes a otro lugar de reclusión.