Llegar a la ciudadela municipal de Quevedo es como sumergirse en un bosque primario. Grandes y frondosos árboles permiten palpar la magia y lo inconmensurable de la naturaleza en su estado puro.
El cantar de diminutas aves invita a buscarlas entre las ramas; más, una bien conservada casa, tipo años 1940-60, cual imán obliga a visitarla para hallar en sus entrañas, exhibidos cuidadosamente en vitrinas, valiosos tesoros como son piezas arqueológicas de la Cultura Milagro-Quevedo.
El éxtasis del periplo lo completa una vista única del río Quevedo desde el mirador de la ciudadela. Al asomarse al balcón, una majestuosa e imponente postal del afluente transporta al visitante a un lugar divino.
Espacio icónico
La ciudadela municipal actualmente alberga las oficinas del Municipio del cantón Quevedo, de ahí el nombre de ciudadela municipal.
El espacio en el que se encuentra ubicado en Gad municipal es icónico, porque son aproximadamente tres hectáreas de una antigua hacienda denominada Playa Grande, de ahí probablemente deriva el nombre de un sector de la parroquia Nicolás Infante Díaz.
Entre los años 1920-1930 la mencionada hacienda tuvo su apogeo, cuyo propietario fue un señor llamado Juan Kure, quien llegó a Quevedo y aquí y en otras partes adquirió propiedades.
Cuenta que la hacienda era tan extensa que colindaba con la hacienda Bella Siria en el cantón Buena Fe.
Según Carlos Garzón, manifiesta que el espacio es muy importante para Quevedo porque aquí empezó el boom del Cacao, del caucho, de la balsa y el banano.
Sitio representativo
Señala que el área es uno de los últimos sitios representativos que tiene el cantón de la época de oro agrícola del Ecuador.
Aún en el lugar se conserva intacta la casa de hacienda del señor Juan Kure en la que actualmente funciona el museo Municipal. La construcción es patrimonial, pues tiene más de 90 años de antigüedad, según las investigaciones hechas por el Instituto de Patrimonio Cultural (INPC)
El aviador norteamericano, Edmundo Ward, se asoció con Kure y administran la hacienda. A pesar de las estructuras que se levantaron para formar el Gad Municipal, aún queda una extensa área de bosque primario.
En estado primario
Lo interesante del sitio es que se ha mantenido tal y como luce ahora, debido al acierto de la actual administración, que se ha esmerado en no intervenir en la flora y la fauna del lugar.
Se calcula que hay unos 2 mil metros de bosque primario, que contiene especies arborícolas y con flora y fauna nativas.
Los barandales ubicados junto a la cinta peatonal son el resultado de un proyecto de convertir el lugar en sitio de avistamiento de aves. Se han encontrado al menos un par de especies de ardillas, iguanas, serpientes.
Variedades de árboles
Moral, Pechiche, Palo de balsa, pequeñas flores y plantas habitan en el lugar.
La quebrada que llama la atención en su momento fue el único acceso desde el río a la hacienda. Consecuentemente, en aquella época existía un muelle como atracadero y se ascendía a la casa de hacienda. El desembarcadero fue el eje comercial de toda la producción agrícola de la zona.
Desde la parte alta, hoy convertida en un mirador, en aquel tiempo se apreciaba pasar por entre la espesa vegetación, a las balsas hechas con boya, caña guadua y maderas amarrados entre sí, que iban cargadas de racimas de plátano, quintales de cacao y animales que cazaban, todo para comercializarlo aguas abajo.
Lo anterior marcó la representatividad de lo que hoy es la ciudadela Municipal. Condensa el último rezago de lo que queda de esos añorados tiempos.
Tanto así que algún visionario turístico propuso el proyecto de un punto de Canopy que va desde la ciudadela Municipal, cruza el río Quevedo y llega a una estación en la ruta del Río, lo que fue aceptado y se construyó la obra, que al momento se ha convertido en la más largo del país.
El museo municipal es otro gran atractivo y está anclado en la casa de hacienda. El espacio alberga colecciones de arqueología de la Cultura Milagro Quevedo. La Cultura Montubia también está recreada,
Atractivo turístico
El espacio que ocupa el gad municipal de Quevedo, probablemente es el de mayor atractivo turístico que existe en el Ecuador. Esa visión movió al actual alcalde a aprobar un proyecto para promover el turismo.
De ahí que un empresario de la provincia de Tungurahua avizoró la oportunidad de construir un Canopy, tal vez el más grande del país.
Carlos Garzón, señala que además del famoso humedal de Abras de Mantequilla, el área municipal sería la primera zona urbana protegida y conservada con proyección turística.