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sábado, 23 noviembre, 2024

Quevedo: El adiós de un sargento que soñaba con un país de paz

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Texto por: Mónica Zamora/ALDIA

Quevedo. Hoy tres menores de edad enterraron a su padre, un miembro de la Policía Nacional del Ecuador quien su única misión era servir y proteger a la sociedad.

Su esposa queda desbastada, sus padres sumidos en un profundo dolor.

Sus cinco hermanos aún no lo pueden asimilar. Se fue el sargento de Policía, Hugo Cabezas, el más pequeño, el juguetón, el relajoso. El que organizaba todo. El hermano que soñaba con un país de paz.

Fueron 20 años de servicio en una noble institución donde hoy en las filas policiales la consternación es evidente.

Sus compañeros lo lloran, lo recuerdan como un buen amigo, compañero, líder…
Su nombre quedará en sus mentes y sus corazones. Será tema de conversación durante las amanecidas, lo recordarán en los operativos, en las reuniones de trabajo. Será un ejemplo a seguir.

Sobre los causantes de su muerte se conoce que solo quedaron capturados, pero en video.

Xavier Alvarado, jefe de la Policía Judicial, ha dicho que no descansarán hasta dar con el paradero de sus criminales. Sus manos empuñadas son señal de dolor, de rechazo por un sistema que sabe que no cambiará.

Hoy las cifras de muertes violentas en Quevedo siguen aumentando. Superan los 100 casos en estos primeros cinco meses del año.

Mientras que, una familia entera queda desmembrada a espera de que la justicia brille, y aunque los criminales sean capturados, no volverán a sentarse en la mesa junto a su padre, su esposo, su amado hijo.

Solo tendrán de recuerdo una bandera, un uniforme y de la última foto.
Recordarán su sonrisa, las regañadas, los paseos, hasta sus alegrías y tristezas. Vivirá en sus corazones.

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