En el corazón de la provincia de Los Ríos, un rayo de esperanza brilla con la fuerza de mil soles, y su nombre es Rocío Bravo Rodríguez. A sus 30 años, esta ingeniería en marketing ha abrazado una misión: elevar a su comunidad a nuevas alturas, paso a paso, sonrisa a sonrisa.
Desde sus días de estudiante en el Instituto Ciudad de Valencia, donde se sumergió en el vasto mundo de la producción pecuaria, hasta hoy, donde dirige con orgullo sus propios emprendimientos, Rocío ha sido una esperanza para su gente.
Con Agrodiago su empresa dedicada a la producción agrícola y especializada en ganado bovino, Rocío ha demostrado que el trabajo duro y la pasión pueden cultivar sueños y cosechar éxitos. Pero su visión va más allá de los campos y pastizales.
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Motivadora
Con un compromiso inquebrantable con el marketing social, se ha erigido una escuela de liderazgo comunitario. Aquí, la luz del conocimiento irradia, donde cada mujer es un rayo de esperanza, alimentando el futuro con su potencial desatado.
Aquí nace su otro emprendimiento; Eleccf, Escuela de Liderazgo y Emprendimiento Comunitario Femenino enfocado en el apoyo educativo de manera virtual a mujeres de escasos recursos económicos. Allí toca los corazones y cambia vidas, demostrando su verdadero alcance.
Pero Rocío sabe que el aprendizaje es un viaje sin fin, un camino que se recorre con humildad y perseverancia. Este año, se sumergió en nuevas oportunidades de crecimiento, asistiendo a capacitaciones en la Prefectura de Los Ríos, también ha asistido a capacitaciones de la Cámara de Comercio de Quito. Incluso cruzó fronteras, viajando hasta Cartagena, Colombia, en busca de sabares.
Y mientras el mundo aplaude sus logros, Rocío extiende una mano generosa a sus compañeras, invitándolas a unirse a ella en el camino hacia el empoderamiento.
«La capacitación es el puente hacia un futuro más brillante», declara a diario ALDIA con convicción.
De esa manera la Ingeniera en Marketing, Rocio Bravo Rodríguez, maestrante de la carrera de Docencia e Investigación de la UTPL nos enseña que nunca debemos subestimar el poder de la educación para transformar vidas.