Quevedo. En las bulliciosas calles de Quevedo, el estruendo es omnipresente y los habitantes claman por soluciones efectivas para evitar tanto ruido.
A pesar de la Ordenanza de Vía Pública vigente desde 2018, diseñada para salvaguardar un entorno equilibrado y sostenible, el ruido sigue siendo un problema grave.
La comerciante local expresó su frustración: «El ruido de los parlantes, más el claxon de los carros, los motores, la gente que pasa. Si se junta todo eso es algo estresante.»
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La normativa actual prohíbe firmemente el uso de parlantes o amplificadores en el espacio público sin el permiso correspondiente, con multas establecidas para quienes la infrinjan. Sin embargo, la regulación no aborda el estruendo ensordecedor provocado por los claxons de los vehículos, que según los ciudadanos, es simplemente insoportable.
La Organización Mundial de la Salud advierte sobre los impactos del ruido en la salud, desde la alteración del sueño y la concentración hasta efectos físicos como el aumento de la presión arterial.
Aunque la normativa municipal intenta mitigar estos problemas, la falta de medidas específicas respecto al ruido vehicular deja a muchos habitantes preocupados por su bienestar diario.
En medio de esta realidad ruidosa y desafiante, los residentes de Quevedo esperan que las autoridades locales consideren ampliar la regulación existente para abordar integralmente esta problemática, garantizando así un ambiente más tranquilo y saludable para todos.