Nacional. Hace pocos días se podía elegir si se quería migrar a Estados Unidos sin ningún problema. Ecuatorianos hacían todo lo posible por conseguir una visa y buscar nuevas oportunidades de vida; otros, más arriesgados, se aventuraban en la selva de El Darién, entre Colombia y Panamá, y seguían el camino hacia Estados Unidos con coyoteros.
Muchos se endeudan para llegar, con una única misión: buscar mejores oportunidades, ya sean económicas o de seguridad. Sin embargo, ahora, antes de emigrar a Estados Unidos, hay que pensarlo dos veces.
El regreso de Donald Trump promete deportaciones masivas en todo el territorio estadounidense; estas redadas ya han comenzado y países como Brasil y Colombia han aceptado recibir a los migrantes deportados.
Según la Cancillería del Ecuador, en Estados Unidos hay 500 mil ecuatorianos indocumentados, y las deportaciones ya están realizándose. Ecuador se prepara para recibir a los ecuatorianos deportados con un programa, de acuerdo con esta cartera de Estado, para que puedan recibir alimentos, teléfonos, dinero para transportación y ayuda psicológica.
Sin embargo, la situación de los migrantes ecuatorianos en Estados Unidos es más que solo cifras. Una persona que pidió reserva de su nombre manifestó que volver al país no es una opción favorable, ya que se regresa a un Ecuador con grandes problemas sociales; pese a que lleva algún tiempo allá, comenta que no ha conseguido legalizarse porque el proceso es muy complicado. Vive con temor, y dice que su rutina se resume en ir del trabajo a su casa.
Huir por temor
Víctor Álvarez, un quevedeño que se encuentra en Estados Unidos, cuenta que la gente que está siendo deportada es aquella que tiene problemas con la justicia, pero hay “daños colaterales”, es decir, personas honestas y trabajadoras.
Según Álvarez, él salió del país por las amenazas que recibió en torno a su negocio en Quevedo: “Puse mi negocio en la ciudad de Quevedo, y me querían extorsionar pidiendo 3 mil dólares mensuales, entonces tuve que salir porque me negué a esa petición. Después andaban siguiendo a mi esposa y mi hija cuando salían de la escuela, y ya no había forma de estar en Quevedo”, dijo.
Dijo que hará lo posible por quedarse en Estados Unidos, y ya tiene listos los papeles para que su familia también salga de Ecuador. “Mi suegra tiene ciudadanía americana, entonces falta muy poco para que se dé por terminado ese trámite”, manifestó.
Actualmente Víctor pidió asilo al gobierno de USA; en Ecuador era paramédico en el Ministerio de Salud, pero desde que llegó a Estados Unidos hace 9 meses realiza diferentes trabajos.
Pese a que él no está tan intranquilo, cuenta que sus compañeros están con miedo, ya que muchos de ellos no sacaron su visa de trabajo, ni hicieron una petición de asilo. “Ellos no han hecho las cosas bien… ellos están con temor porque si los agarran, ‘hasta luego’… tengo una amiga que vive entre la casa y el trabajo, no sale”, contó.
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Un ciudadano puede ser deportado de Estados Unidos si:
- Ingresó al país ilegalmente.
- Cometió un delito o violó las leyes de Estados Unidos.
- Desobedeció repetidamente las leyes de inmigración (no cumplió con los permisos o condiciones para estar en el país) y es buscado por inmigración.
- Está involucrado en actos criminales o representa una amenaza para la seguridad pública.
De acuerdo con el National Immigration Law Center, en caso de una detención, los migrantes deben ejercer su derecho al silencio, y no firmar documentos sin asesoría legal. También están en su derecho de solicitar que se comuniquen con un familiar o amigo, y pedir que llamen a su trabajo para ponerlos al tanto de la situación.