Los goles tempraneros como visitante, que son la garantía para el partido de vuelta, un débil anfitrión y un portero muy difícil de franquear son algunas de las claves del 3-0 del Gremio a Barcelona en la ida de las semifinales de la Libertadores en Guayaquil.
– Dos zarpazos iniciales –
Los dos goles que el Gremio le endosó a Barcelona en los primeros 20 minutos noquearon a los ‘toreros’, que nada pudieron hacer para remontar y quedaron a merced del conjunto brasileño.
Ya lo había avisado el DT Renato Gaúcho: el equipo que lograra marcar en campo contrario tendría grandes posibilidades de pasar a la final. El también exjugador no escondió antes del partido que su idea era salir rápido a convertir, y así lo hizo, con goles de Luan, a los 7 minutos, y Edílson, con una soberbio tiro libre a los 20.
Después de eso, el partido se convirtió prácticamente en un paseo para los visitantes, que han marcado 22 goles en los nueve partidos disputados por la Libertadores-2017.
Luan colocó el 3-0 al minuto 50 al trabajar en equipo con Edílson, que le dio el pase.
– Un débil anfritrión –
Barcelona, la gran revelación del torneo al eliminar a tres grandes brasileños -Botafogo, Palmeiras y Santos-, volvió a demostrar que es un anfitrión débil.
Los brasileños supieron tapar las bandas, el punto fuerte de los ‘canarios’, a punta de presión.
Los laterales Beder Caicedo y Pedro Velasco no pudieron abrir juego por sus carriles, con lo que no hubo triangulación posible hacia el punta argentino Ariel Nahuelpán, un gris sustituto de Jonathan Álvez, máximo goleador barcelonista en la Libertadores con 5 tantos.
Barcelona sólo ha ganado dos de los seis partidos disputados como local, y si llegaron a semifinales es en parte por el buen desempeño fuera de casa, como hizo al vencer 1-0 a Santos en Sao Paulo.
Ahora, con tres goles en contra, la vuelta está muy cuesta arriba.
– El muro Grohe –
El arquero Marcelo Grohe, pieza clave de este equipo en el que milita desde hace 12 temporadas, fue como suele ser habitual una de las estrellas del encuentro.
Sus guantes, que mantuvieron el arco a cero, volvieron a ser una garantía para sus compañeros de la escuadra de Porto Alegre, que únicamente ha encajado siete goles en los once partidos disputados hasta ahora.
En el primer tiempo tapó con solvencia las pocas oportunidades de los locales. Y fue crucial una soberbia atajada en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando Nahuelpán se sacó un bombazo a bocajarro desde el área chica y evitó el gol con sus manos milagrosas en la misma línea de portería.