En un caso alarmante y casi sin precedentes, tres miembros activos de la Policía Nacional fueron detenidos en Guayaquil por su participación en una banda de secuestro extorsivo.
Los agentes, que según la misma Policía ha informado que pertenecían a la organización criminal Los Tiguerones, fueron responsables del secuestro de una familia en el norte de Guayaquil.
El comandante general de la Policía Nacional, Víctor Zárate, detalló el caso en una rueda de prensa el 22 de agosto.
Los hechos ocurrieron el pasado 19 de agosto, cuando una familia compuesta por un padre, una madre y su hija fueron interceptadas por individuos que se hacían pasar por la policía.
Los falsos agentes, vestidos con uniformes y equipamiento policial, detuvieron a la familia bajo el pretexto de realizar un operativo de control y les informaron que su vehículo estaba implicado en un secuestro, obligándolos a acompañarlos a un cuartel.
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En lugar de dirigirse a una estación policial, los supuestos agentes detuvieron a la familia en las cercanías de Socio Vivienda.
Allí, madre e hija fueron trasladadas a otro vehículo con destino desconocido, mientras que el padre fue abandonado en la vía pública. Posteriormente, los secuestradores exigieron un rescate de USD 1 millón para la liberación de las víctimas.
La denuncia del padre llevó a la Unidad Antiextorsivos a intervenir rápidamente. Al día siguiente, la Unidad de Apoyo para la Seguridad (Unase) realizó cuatro allanamientos que culminaron con la liberación de las dos mujeres en una vivienda de Flor de Bastión, una zona del distrito de Nueva Prosperina.
Durante el operativo en Guayaquil, se detuvo a siete individuos vinculados con el secuestro, incluyendo a los tres agentes involucrados.
Los policías capturados son:
- Un subteniente con dos años de servicio.
- Un cabo segundo con ocho años en la Policía, quien ya había sido sancionado anteriormente por evasión.
- Otro cabo segundo de 36 años.
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En los allanamientos en Guayaquil se confiscaron diversos elementos, incluyendo uniformes policiales, armas de dotación, dos vehículos, 13 teléfonos celulares y dos motos de la Policía Nacional.
Este caso pone de manifiesto la gravedad de la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad y ha suscitado una profunda preocupación en la comunidad sobre la integridad de las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública.
La Policía Nacional en Guayaquil continúa con las investigaciones para esclarecer todos los aspectos del caso y tomar las medidas adecuadas contra los responsables.