El mercado nos ofrece infinidad de cepillos, de distintos materiales, tamaños, funciones y efectos, por lo que es muy importante saber elegir la herramienta adecuada para nuestro tipo de pelo y para lo que queremos lograr.
1.- Material. Hay cerdas naturales, sintéticas y mixtas. Si bien las primeras dejan un acabado y caída más natural, las cerdas sintéticas o mixtas forman con mayor facilidad el peinado, por lo que queda mejor más rápido. Algo esencial es que no sean demasiado duras ni que cepillemos demasiado fuerte, ya que eso rompe la fibra capilar dañando nuestro cabello.
2.- Frecuencia. Creo que muchas hemos escuchado a nuestras abuelitas decir que si uno se cepilla el pelo 100 veces antes de dormir, estará más brillante. La verdad es que tan equivocadas no están. Pasar la escobilla por nuestra cabeza estimula la irrigación sanguínea del cuero cabelludo, elimina impurezas, exceso de sebo y de suciedad. Cepillando también se eliminan los cabellos que están en fase telógena o en proceso de caída, dando paso a los nuevos que vienen creciendo en fase anágena. Si tu cabello es de grosor normal, con cepillarlo una o dos veces al día es suficiente; si es más fino y se enreda con facilidad puedes cepillarlo hasta 4 veces por día sin problema.
3.- Cómo cepillar. Siempre debe hacerse en seco. Cuando el pelo está mojado está mucho más flexible y se daña más. Es importante cepillarlo antes de lavar y después de secarlo, ya que el agua compacta el pelo, los nudos se aprietan más, y para desenredarlo terminamos rompiendo la fibra capilar. Segundo: siempre se debe desenredar de abajo hacia arriba, partir por las puntas, sin tirones bruscos, separando el pelo por mechones.
4.- Tipos de cepillo. Para trabajar peinados con calor, con secador, el de cerámica es el que más se calienta, con el que se logra dar forma al cabello más rápidamente; por eso, para un cabello ondulado o crespo que se quiere alisar, este tipo de cepillo es el ideal. Además sella las cutículas, dejando los peinados sin frizz, duraderos y protegidos de las agresiones externas como el sol y la contaminación. El de madera deja el pelo más suave, brillante y el peinado más armado, pero es más lento, por lo que el cabello debe exponerse más tiempo al calor y se daña más. Los de plástico genera mucha estática y frizz.