Quevedo. Hablar del sargento de Policía, José Callay es hablar de pasión, vocación y servicio. Así lo dicen sus compañeros de trabajo del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM).
Pero ese cariño y respeto no solo se lo ganó en ese grupo; sino también en otras unidades como en el Servicio Administrativo, en la Compañía 1 y otras más del Distrito de Policía Quevedo-Mocache, donde lamentaron el hecho.
Callay fue asesinado la noche del miércoles, 8 de noviembre de 2023, en la parroquia 24 de Mayo, cuando un sujeto le robó su telefono celular y posteriormente le disparó en el tórax.
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Su cuerpo fue velado en el auditorio de la Policía del Distrito Quevedo-Mocache, lugar donde tantas veces recibió capacitaciones de Derechos Humanos y compartió con sus ‘panas’.
Sobre su cofre fue colocada una bandera del Ecuador, su gorra con la insignia del GOM y su casco blanco.
Hasta allí arribaron sus familiares quienes desbordaron en llanto al verlo dentro del cofre. Hasta ahora no pueden creer la terrible noticia.
Dolor
Su madre Carmen Lara Lema, perpleja, desde una silla ubicada frente a la capilla ardiente, lo veía con una mirada atónita. En ratos se veía rodar unas lágrimas por su rostro envejecido, que hacía que sus acompañantes también lloraran. Ella no comprenden por qué le arrebataron a su hijo.
Junto a ella, otros familiares lo recordaban con fotografías que admiraban en sus celulares y movían sus cabezas como negandose a creer lo que había pasado.
Su esposa, Catalina Coronel Pérez, era asistida en todo mometo, pues parecía que su respiración se acortaba cada vez que levantaba la mirada y veía el ataúd donde reposaba el padre de sus tres hijos.
Para ella no es muy claro lo que ocurrió. Solamente sabe que no lo volverá a recibir de sus francos y compartir momentos alegres. Ya no habrán sus besos y abrazos.
Desconsuelo
Pero el dolor y desconsuelo no solo era de su familia; sino también de sus compañeros de trabajo quienes lamentaban lo ocurrido y desde otra esquina recordaban su actuar en los procedimientos durante los 10 meses que llevaba en el Distrito Quevedo.
«Vino desde Cuenca, donde estuvo de servicio en la cárcel. Allá es duro, muy duro, pero lamentablemente pierde la vida aquí», dijo uno de los GOM.
Al paso, dos de sus compañeros arribaban a la sala de velaciones cargando otro ramo de flores donde se veía una dedicatoria de la Unidad de Criminalística.
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El cuerpo de ‘Mi Sub’ como le decían fue llevado hasta Cuenca y desde ahí lo trasladarían hasta Guano donde será sepultado junto a la tumba de su abuela.
Ahora, el dolor entre los agentes es evidente ya que el 11 de mayo de 2023 otro de sus compañeros, el sargento Hugo Cabezas, murió en similares circunstancias en la ciudad de Quevedo.
Ahora la Unidad de Vigilancia Comunitaria no será la misma. En sus pasillos hay dolor y desconsuelo por los amigos que se van; mientras que en sus corazones siempre habrá sed de justicia y una pregunta eterna ¿por qué?.