“El testigo verdadero no miente; el testigo falso esparce calumnias” [Proverbios 14:5).
El engaño parece una de las características de nuestro tiempo. Hay defraudadores por todas partes que pretenden obtener ganancias a costa de la buena fe de los demás. El espectro del engaño es tan grande que incluye los asuntos económicos, políticos, sociales y, por supuesto, los que tienen que ver con el bienestar físico, mental y espiritual.
Jesucristo dijo que, previo a su venida, la cultura del engaño iría en aumento: “Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” [Mateo 24:11). “Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que, de ser posible, engañarán incluso a los elegidos” [Mateo 24:24). Especialmente, el mundo religioso dejaría ver engaños sumamente atractivos a la mente humana a través de enseñanzas seductoras, incluyendo los propios creyentes: “Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe y escucharán a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). A pesar de ser la era de la información, también esta es la época de los disparates religiosos. Hoy es muy importante tener mucho cuidado con lo que escuchamos y creemos. Jesús anticipó tiempos de gran confusión con relación a las creencias religiosas.
El engaño se presenta hoy en el interior de la iglesia. De pronto alguien se levanta asegurando que tiene un mensaje del cielo y arremete contra el liderazgo de la iglesia. Al respecto, Elena de White afirma: “Cuando se levantan hombres que pretenden tener un mensaje de Dios, pero que en lugar de luchar contra los principados y potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo constituyen un escuadrón traidor, y vuelven sus armas de combate contra la iglesia militante, temedlos. No llevan las credenciales divinas. Dios no les ha encargado en absoluto un trabajo tal. Quieren derribar lo que Dios anhela restaurar con el mensaje a Laodicea. El hiere sólo para que pueda sanar, y no para hacer perecer. El Señor no confía a ningún hombre un mensaje que desanime y desaliente a la iglesia” [Testimonios para los ministros, p. 22).
Por lo tanto, es necesario prepararnos para enfrentar las artimañas del error con la mejor defensa, a saber, la Palabra de Dios.
Ruega este día a Dios para que te ayude a permanecer siempre del lado de la verdad.
Devoción matutina para jóvenes 2018
¡Renuévate!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018