En su rostro se podía evidenciar la angustia que aún sentía tras ser violada en una vivienda de Carcelén, en el norte de Quito. ‘Carmen’ (nombre protegido) salió la mañana de ayer de la Maternidad Isidro Ayora a paso apresurado. Su cabeza estaba posada sobre el hombro de su madre en busca de consuelo.
Las autoridades de esa casa de salud no quisieron pronunciarse sobre el resultado del procedimiento que se le practicó, que irán a Fiscalía para continuar con las investigaciones.
La pesadilla, que vivió la joven de 23 años, comenzó la tarde del último martes cuando tomó un taxi en el sector de La Ofelia. Ella estaba acompañada de su hijo de cuatro años cuando se embarcó en la unidad.
La premura que llevaba por llegar a hacer una diligencia relacionada con el centro de estudios del pequeño hizo que no mida el peligro al embarcarse a un vehículo con dos desconocidos. Ella le pidió al conductor que la lleve al sector de El Condado, pero él tomó rutas desconocidas.
La madre de ‘Carmen’ narró que uno de los hombres se bajó en una tienda para comprar licor y que en presencia del niño le obligaron a tomar. Los agresores estaban con cuchillos.
Tras unos sorbos, la joven perdió la conciencia hasta que la recobró en una casa. Al pequeño le entretenían con dulces mientras la ultrajaban.
La víctima habría buscado refugio encerrándose en un baño desde donde llamó a su hermano menor. El muchacho comunicó a la madre y ella acudió a la Policía. “Le llamé y me contestó llorando. Me dijo que ya no le llame porque le tienen encerrada”, dijo la madre.
Según señaló, los policías le sugirieron que continúe llamándola para poder rastrear la señal del teléfono. Ya entrada la noche, los agentes identificaron el inmueble.
‘Carmen’ se habría librado de sus agresores pidiéndoles que la dejen salir hasta la puerta a tomar aire. En el Distrito de Policía La Delicia informaron que hay una persona detenida, pero que durante las investigaciones se determinará el grado de responsabilidad.